La Argentina dio luz verde hoy a la siembra de una semilla de maíz modificado que acumula varios eventos transgénicos, y fue desarrollada por la empresa Monsanto.
La nueva variedad fue liberada comercialmente por el Ministerio de Agroindustria a través de la Resolución 19/2018, firmada por el secretario de Alimentos y Bioeconomía, Andrés Murchison.
Este maíz desarrollado por Monsanto fue modificado genéticamente para ofrecer a los productores resistencia a insectos lepidópteros y coleópteros, y además tiene tolerancia al herbicida glifosato.
Por un lado, el nuevo maíz contiene los eventos MON-87427-7 y MON-87411-9, a la que se añade la acumulación de eventos MON-87427-7 x MON-89034-3 x SYN-IR162-4 x MON-87411-9, según el sistema de denominaciones utilizado por los países de la OCDE.
Esta nueva aprobación fue bien recibida por la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA). «La biotecnología continúa siendo una herramienta fundamental para mejorar la productividad agroindustrial de una manera sustentable, y por lo tanto reconocemos la gestión del Ministerio en mantenerla como una política pública», dijeron a Télam directivos de esa organización.
El maíz, que será comercializado en el país bajo la marca Dekalb, atravesó los tres filtros que pone el Estado para la aprobación de nuevos cultivos modificados.
En primer término, la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) dictaminó que «los riesgos de bioseguridad derivados de la liberación de los mencionados maíces GM al agroecosistema, en cultivo a gran escala, no son significativamente diferentes de los inherentes al cultivo de maíz no GM”.
El Senasa, por su lado, evaluó que “el evento acumulado de maíz evaluado es sustancialmente equivalente a su contraparte convencional, por lo tanto, tan seguro y no menos nutritivo que el maíz convencional.”
Finalmente, en el análisis comercial realizado por el propio Ministerio de Agroindustria, a través de la Subsecretaría de Mercados Agroindustriales, se consideró que este maíz modificado “va a proporcionar una nueva herramienta para aumentar la eficiencia de manejo del cultivo», ya que ofrece en conjunto resistencia a un amplio espectro de plagas y al herbicida más utilizado para el control de malezas.
En materia comercial, la aprobación de este maíz tampoco parece ofrecer riesgos, ya que según la evaluación oficial «sólo queda pendiente la aprobación del MON-87411-9 en Vietnam e Indonesia», donde tienen fecha estimada de aprobación antes de 2020.
Con este aval oficial al nuevo maíz de Monsanto, la Argentina llega a tener un total de 47 cultivos transgénicos autorizados desde que en 1996 liberó la primera semilla de este tipo a escala global, la soja RR.
La última aprobación, de marzo pasado, recayó en otro maíz desarrollado por la empresa Syngenta, que también que «stackeaba» (acumulaba, en la jerga de la biotecnología) varios eventos de tolerancia a glifosato y a glufosinato de amonio y de resistencia a lepidópteros y coleópteros.