La Cámara alta transformó en ley el mega proyecto que envió Milei al Congreso, en diciembre pasado. Ahora regresa a Diputados por las modificaciones que sufrió
El Senado de la Nación dio luz verde a la crucial Ley Bases, una normativa impulsada por el gobierno de Javier Milei. Y fue tras una votación de extrema paridad, ya que finalizó empatada 36-36 y se debió recurrir al voto decisivo de la presidenta de la Cámara alta, Victoria Villarruel, quien dijo «afirmativo» para el 37-36 final. Todo esto mientras afuera, durante todo el día, se produjeron graves incidentes en las afueras del Congreso.
Entre las modificaciones recientes, el Gobierno dispuso cambios adicionales en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Estos cambios fueron presentados por Bartolomé Abdala, miembro informante y titular Provisional de la Cámara Alta. Tras la aprobación del Senado, la ley vuelve a Diputados para la ratificación de cada artículo modificado.
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La composición del voto de rechazo contra la Ley Bases fue formada por el bloque Unidad Ciudadana, que conduce Juliana Di Tullio (Buenos Aires), y el Frente Nacional y Popular, que lidera José Mayans (Formosa). Ambos conforman un interbloque de 33 senadores a los que se le plegó el bloque santacruceño, que integran José María Carambia y Natalia Gadano, y el radical Martín Lousteau (CABA).
En la vereda del frente, LLA logró aglomerar y sellar 36 voluntades, tras la maniobra de Carambia y Gadano que el martes dieron la sorpresa al romper el piso de 38 votos con el que contaba la Casa Rosada, ya que Lousteau ya había advertido que presentaría su propio dictamen, dejando en claro que votaría en contra del proyecto y defendería su propio texto en la sesión.
Los escaños que apoyaron a LLA vinieron por parte del radicalismo, que aportó 12 votos para la general; 6 del PRO; 3 de Cambio Federal; 1 de Comunidad Neuquén, con la zigzagueante Lucila Crexell; 2 del Frente Renovador de la Concordia; 1 de Juntos Somos Río Negro; 1 de Por la Justicia Social; 3 de Unidad Federal; y los 7 libertarios. A este número se le sumó el voto de Villarruel para llegar a los 37 contra los 36 opositores.
Afuera, enfrentamientos y represión
Mientras los senadores debatían, organizaciones sociales, piqueteras, de derechos humanos, asambleas barriales y sindicatos se manifestaron en rechazo a la Ley Bases, generando un clima de tensión que llevó a pedir un cuarto intermedio para evaluar los incidentes.
El Gobierno, en un intento de conseguir apoyo, se mostró abierto al diálogo y cedió ante algunas exigencias de la oposición dialoguista, asegurando que no se privatizarán Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino ni Radio y Televisión Argentina (RTA).
La primera intervención en la sesión estuvo a cargo del miembro informante Bartolomé Abdala (LLA), quien tras defender en general el proyecto de ley Bases, enumeró algunas modificaciones introducidas por el oficialismo en la norma, entre las que se encuentran retirar del listado de los organismos del Estado que pueden privatizarse o disolverse a Aerolíneas Argentinas, el Correo Argentino, RTA, INTA e INTI, entre otros.
También anunció que se eliminan los artículos 227 y 228, por lo que se mantendrán vigentes la moratoria para la jubilación y la pensión por invalidez.
Además, en referencia a la obra pública, indicó que se avanzará con aquellas que tengan el 80% de ejecución y cuenten con los fondos asignados por organismos institucionales.
La situación que vivió Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación, fue fundamental en este proceso. Su participación fue crucial debido al desempate en la votación, donde votó a favor del Gobierno.
La situación recuerda al desempate de 2008 por el entonces vicepresidente Julio Cobos, quien con su voto «no positivo» enterró el plan de retenciones móviles del gobierno de Cristina Kirchner, diseñado por Martín Lousteau.
El debate
El cierre estuvo a cargo de los jefes de bloque. Por parte de LLA, lo hizo el senador Ezequiel Atauche quien sostuvo que los “argentinos votaron un cambio” y resaltó: “El Gobierno lo aclaró: esto no va a ser fácil y aplaudo a los que siguen manteniendo ese camino porque si uno sale a la calle se da cuenta”.
“Cumplimos promesas de campaña, algo inédito. Dijimos que íbamos a reducir el gasto publico y lo hicimos, redujimos 15 puntos del PBI, redujimos impuestos, comenzamos con una reforma monetaria”, sostuvo el representante de la Provincia de Jujuy.
Por su parte, el cordobés Luis Juez fustigó contra el kirchnerismo, pero también apuntó contra el Ejecutivo: «Advertimos al gobierno, que tiene una terrible inexperiencia en materia parlamentaria (que por momentos asusta), de que la ley como estaba antes no iría a pasar por el Senado». No obstante, afirmó que el PRO acompañaría «convencido» de que este Gobierno «se merece tener una hoja de ruta y los argentinos una idea sobre adónde ir».
El radical Eduardo Vischi (Corrientes) fue uno de los más optimista con el oficialismo: «Debemos tener un poco de buena fe con un gobierno que recién empieza y fue elegido por el pueblo argentino. No creo que Milei sea el cambio. El argentino cambió y colocó a Milei para que haga el cambio que la política no pudo hacer. O la dirigencia cambia o la gente nos cambia».
Mientras que el kirchnerismo, como era de esperar, esbozó los discursos más pirotécnicos. Mayans cargó contra Milei: «Nosotros no vamos a acompañar porque no creemos que a esta persona se le puede dar poder absoluto, porque violaríamos la Constitución Nacional y para eso existe la división de poderes. Éso es el Estado, éste no tienen ni la más mínima idea y anda cantando en el Luna Park».
Di Tullio, a su parte, lanzó: «No creo que este sea el cambio que los argentinos quieren. Sigue siendo invotable este proyecto por más esfuerzo que hayan hecho. No hay ningún solo artículo que beneficie al pueblo argentino».