Por Enrique Genovar
Si bien muchos hinchas de Central confiaron, cuando se fue Paolo Montero, que la solución era Leonardo Fernández; muy pocos habrían pensando de que iba a cosechar 16 puntos en 7 partidos. La eficacia del Canalla es para destacar y de seguir así seguramente alcanzar el objetivo de terminar el torneo en zona de copa internacional será posible.
Pero lo del entrenador no es solamente una alta eficacia. Es que Fernández ha logrado potenciar un equipo que no estuvo bien conformado en los dos libros de pases; ya sea porque algunos no rindieron o porque directamente no se incorporó. El plantel canalla es limitado en cuanto a nombres y en muy pocos puestos cuenta con dos jugadores. Por esto lo del entrenador de Central es para destacar.
Uno de los primeros aciertos fue ubicar a Mauricio Martínez en la zaga. El ex Unión ha logrado complementarse con Fernando Tobio de buena manera y la dupla le da seguridad al equipo. Otra de las decisiones que tomó apenas arribó fue darle la titularidad a Jeremías Ledesma. Y si bien el arquero se mostró dubitativo en el Ducó, nadie puede negar que es uno de los puntos altos en el presente.
También es para analizar la posición en la que hoy juega Leonardo Gil. Es que con el anterior cuerpo técnico el Colorado jugó varios partidos como interno y algunos como enganche, en ninguna de las dos posiciones rindió. Hoy, si bien le falta una mayor regularidad, Fernández lo ha ubicado como doble cinco y principalmente ha logrado potenciar su buena pegada.
Por último, el entrenador está exprimiendo al máximo el juego aéreo de sus jugadores. Hoy Central es uno de los equipos que mejor maneja esa situación y el que más ha ganado puntos por esa vía; ya sea con pelota en movimiento o con pelota quieta.
Fernández camina seguro. Central cosecha puntos de la mano de un entrenador de la casa. Un técnico que ha sabido cómo potenciar un plantel que estuvo mal conformado.