Por: Lucía Romano (*)
¿Cuando fue que empezamos a considerar como parte del paisaje habitual de las grandes urbes que una persona duerma en el piso, no tenga donde bañarse o coma de la basura?
Les propongo detenernos y reflexionar sobre una realidad que transcurre frente a nuestros impasible ojos: las personas en situación de calle. Si comenzaramos a ver y considerar a «Los Otros»; los marginados, los excluidos, los invisibles, aquellos que junto a los «locos», como plantea Michelle Foucault, son los herederos sociales de los leprosos, viviríamos en una mejor sociedad.
Advirtiendo la cuestión como una problemática que viven grandes ciudades del mundo, focalizaré en mi ciudad, la Ciudad de Buenos Aires.
Hoy, quienes la habitan y transitan, ven como cientos de personas viven en sus calles sufriendo calor, frío, sin sus necesidades básicas cubiertas, en un estado de vulnerabilidad social extrema.
Esta situación representa para estas personas una restricción grave para ejercer sus derechos consagrados en la Constitución Nacional y los tratados internacionales de derechos humanos, algo que no deberíamos haber normalizado nunca.
Es por eso que es necesario que desde los distintos poderes del Estado impulsemos acciones positivas para evitar la degradación de los derechos humanos de cualquier persona que habite nuestra ciudad, con particular énfasis en las poblaciones más vulnerables.
En adición, debemos bregar por eliminar toda forma de discriminación hacia esta población, determinando condiciones que permitan el ejercicio de su autodeterminación y el libre desarrollo de su subjetividad.
Con este firme convencimiento es que desde mi función como legisladora de la Ciudad de Buenos Aires, he planteado la necesidad de modificar la ley número 3706 que tiene como finalidad «proteger integralmente y operativizar los derechos de las personas en situación de calle y en riesgo a la situación de calle» a través de un proyecto de ley de mi autoría.
Este proyecto propone cuatro ejes esenciales que facilitarán la definición de la mejor política pública posible para asistir, proteger, remover los obstáculos y trabajar en el desarrollo y la inclusión de las personas en situación de calle, teniendo como norte su integración al tejido social, su capacitación, educación y la clara visión de alcanzar su plena autonomía como sujetos de derecho plenos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
El primer eje que plantea la modificación está basado en la participación de organizaciones de la sociedad civil y su reconocimiento a su labor sobre la problemática, en segundo y tercer lugar, se busca pasar de un relevamiento a un censo anual para conocer la cantidad y la situación de cada persona. De este modo, se tomaría la información relevada con sus características específicas como base y meta en la definición presupuestaria.
Por último, un cuarto eje que consiste en la creación de un «Sistema Integral de Abordaje, Asistencia y Desarrollo de Personas en Situación de Calle», orientado a la integración de todos los dispositivos y programas referidos a situación de calle y riesgo de situación de calle con foco en el desarrollo de las personas y su proyecto de vida.
Es necesario generar mayores herramientas que permitan un abordaje integral de la problemática de cada una de estas personas, porque estoy convencida de que la transformación social y el progreso de nuestra ciudad sólo es posible si se incluye a todas y cada una de las personas que vivimos y transitamos por ella.
(*) – Lucía Romano es legisladora porteña de la CC-ARI.