La fiebre por ver el mejor básquet del mundo se renovó para los argentinos con las presencias de Facundo Campazzo, Gabriel Deck y ahora Luca Vildoza
El Twitter revienta tras una publicación de Emanuel Ginóbili que se convierte en tendencia. La causa es una sola: anunció su retiro y de pronto la NBA se quedó sin argentinos tras 16 temporadas. Ya los fanáticos no verán al escolta, ni en San Antonio ni en Argentina, donde se cultivaba la ilusión de su despedida formal del básquet.
«Hoy, con una amplia gama de sentimientos, anuncio mi retiro del básquet. Agradecimiento a todos (familia, amigos, compañeros, entrenadores, staff, aficionados) los involucrados en mi vida en los últimos 23 años. Ha sido un viaje fabuloso. Mucho más allá de mis sueños más salvajes», sentenció el escolta en su Twitter.
Cuatro títulos cosechó el bahiense, una de las leyendas de la franquicia de la Conferencia Oeste, y la NBA se preparó para una 2018-2019 sin nacionales y con incertidumbre de cara al futuro del seleccionado -el mismo que se rompió en 2019 con el subcampeonato mundial- y en la máxima liga del mundo.
Algo atípico desde el 2000 por el sur del continente, y tal vez habitual para los del norte, que posaron sus ojos en LeBron James (Los Angeles Lakers), James Harden (Toronto Raptos) y Stephen Curry (Golden State Warriors), entre otras mega estrellas que armaron la constelación.
Pero en Argentina se vivió un gran vacío, parecido al de la 2001-2002 aunque con el agravante que esta vez ya la 20 de los Spurs no tendría a ‘Manu’, ni se observaría el paso euro step tan característico al momento de encarar el aro.
Los que llenaron las noches, primero con transmisiones esporádicas de ESPN y luego con las nuevas tecnologías de televisión y streaming fueron Rubén Wolkowyski (Seattle Sonics), Juan Ignacio Sánchez (Philadelphia Sixers), Emanuel Ginóbili (San Antonio Spurs), Nicolás Laprovíttola (San Antonio Spurs), Fabricio Oberto (San Antonio Spurs), Nicolás Brussino (Dallas Mavericks), Andrés Nocioni (Chicago Bulls), Carlos Delfino (Detroit Pistons), Luis Scola (Houston Rockets), Walter Herrmann (Charlotte Bobcats), Pablo Prigioni (New York Knicks), Patricio Garino (Orlando Magics).
Todos pasaron con diferentes escenarios, de más y menos éxito, pero completaron una historia. Nada volverá a ser igual. En una NBA globalizada, mucho menos.
Y allí irrumpieron los nuevos nombres, los talentos que nacidos y curtidos en la Liga Nacional de Básquet, como sucedió en las cortas estadías de Laprovíttola y Brussino. Esta vez con mayor fuerza.
Primero, Denver Nuggets puso los ojos en Campazzo, figura y amplio dominador de la base en Real Madrid y en el más alto nivel de FIBA.
Y unos meses después apareció Oklahoma City Thunder, con presupuesto aún por ejecutar, y se llevó a Gabriel Deck, que en apenas cinco partidos demostró el mismo talento y templanza que en cada jornada calurosa en Quimsa de Santiago del Estero.
Todo esto se dio en un par de meses, entre finales del 2020 y el primer semestre del 2021, y se coronó esta semana con la contratación de Luca Vildoza, un base eléctrico, que llevó a Baskonia a la gloria en la anterior Liga Endesa de España, y que tendrá su chance en New York Knicks en el legendario Madison Square Garden.
Campazzo, que al principio debió hacerse un lugar en un equipo donde la figura principal es el pivot serbio Nikola Jokić, ya deslumbra. Es que el cordobés, con raíces en Peñarol de Mar del Plata, cumple con tres aspectos claves: carácter, compromiso y talento.
Entendió rápido su nuevo rol, pasó de jugador franquicia a novato. «Allá la liga es de los americanos y te la prestan de a ratos. Siempre vas a ser un invitado», aseguró el ex-NBA y campeón olímpico Nocioni en sus redes cuando los seguidores cuestionaban al DT de Denver por los pocos minutos del base.
A todo eso, Campazzo le suma carisma. Y como es veloz en la cancha y lo es afuera. Es uno de los basquetbolistas más queridos en todo el mundo 2.0, con sus stories y en la comunicación.
Y en ese mundo se metió Deck, con su parsimonia y su acento santiagueño marcado. Sin hablar una palabra en inglés y sin un entrenamiento a cuesta saltó al campo hace solamente 10 días. No le tembló el pulso, como si estuviese en Colonia Dora, y contra New Orleans Pelicans, cosechó sus primeros elogios; los que se multiplicaron después de los 16 puntos en 16 minutos contra Sacramento Kings.
La diferencia con Campazzo radica en dos cuestiones. Por un lado, Deck no tiene un contrato garantido, más allá de los cuatro años firmados, aunque parece ganarse al menos una temporada en Oklahoma, y por el otro, su equipo no tiene aspiraciones competitivas porque quedó eliminado de los playoffs antes de su arribo.
Igual, los argentinos volvieron a pisar fuerte en la NBA. Se esperará por Vildoza, que entre tanto trámite de inmigración y tiempos de pandemia no se sabe si debutará en la temporada actual o si será evaluado en los Juegos Olímpicos y en la pretemporada. Su contexto es como el de Deck, un contrato no garantido y por cuatro años.
La esperanza estará puesta, de cara a la temporada que viene, en el escolta Leandro Bolmaro (Barcelona) drafteado en la edición pasada por Minnesota Timberwolves.
Lo positivo es que las noches volvieron a tener tensión, explosión en Twitter y en otras redes, porque los argentinos desembarcaron en un buen número nuevamente.