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Las mujeres se vuelcan a las escuelas técnicas


En una década creció 200% la cantidad de matriculas en escuelas de esta modalidad dentro de ese total el cupo femenino se amplió un 300%

Las escuelas técnicas de la provincia de Santa Fe experimentaron en los últimos 11 años, un aumento de la matrícula del 222%. Según datos del Ministerio de Educación provincial, pasaron de contar 18.221 estudiantes en el 2008 a 58.675 en mayo de 2019. En ese marco, sobresale que el incremento mayor fue el de estudiantes mujeres: de 4869 chicas que había en 2008 se contaron 18.815 este año, lo que se traduce en un aumento del 286,4%.

La ministra de Educación de la provincia, Claudia Balagué, destacó que “con la secundaria obligatoria, la transformación de los planes de estudio para la formación técnico-profesional, junto a los planes de mejora en infraestructura y equipamiento de los talleres y la implementación de las prácticas profesionalizantes, la modalidad concita cada vez más interés”.

“La escuela técnica tiene su especificidad y más carga horaria debido a que los estudiantes pasan por entornos formativos específicos, talleres y laboratorios, además de la formación general. Pero es justamente esa articulación entre teoría y práctica la que prepara personas calificadas para conseguir un puesto laboral ni bien egresan«, amplió.

Balagué indicó que “la novedad del aumento en la cantidad de chicas que se anotan a las distintas especialidades tiene que ver con la inclusión de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas secundarias, con contenidos que ayudan a pensarse como jóvenes trabajadoras en distintos rubros antes reservados a los varones, además de que la ESI fomenta el respeto entre ambos géneros tanto en la escuela como en cualquier otro ámbito».

La Ministra Balagué destacó la incursión femenina en las escuelas técnicas

PUERTA DE ENTRADA AL MUNDO LABORAL

Alrededor de 3400 estudiantes por año realizan las prácticas profesionalizantes en unas 500 empresas de la provincia. «Esta vinculación de las escuelas con el mundo del trabajo es una fuerte motivación para que muchos adolescentes elijan la educación técnica», señaló la ministra.

Las prácticas profesionalizantes no rentadas integran la propuesta curricular de las Escuelas de Educación Técnico-Profesional de la provincia de Santa Fe. Están vigentes desde 2011 y son parte de una política del gobierno provincial en materia educativa. Son organizadas y coordinadas por la institución educativa, se desarrollan dentro o fuera de esa entidad y están referenciadas en situaciones de trabajo que se corresponden con el perfil profesional en el que se están formando los estudiantes.

Una de las estudiantes que realizó su práctica en una empresa y luego ingresó como personal de la misma es Rosario Díaz, que el año pasado terminó en la Escuela Técnica N° 387 del barrio San Agustín de la ciudad de Santa Fe. En el 6° año de cursado de la terminalidad en Administración y Gestión hizo su práctica profesionalizante en O&L Variedades, una distribuidora mayorista.

«Primero estuve dos meses y luego acompañé a otra estudiante, así que estuve un tiempo más. Para mí significó una puerta de entrada a un trabajo», dijo Rosario, quién resaltó que «en la empresa hay 20 empleados, todos hombres, así que fui la única mujer durante mis prácticas y hoy lo sigo siendo, como empleada».

Otro caso es el de Jenifer Corvalán, estudiante de 3° año de la EETP N° 478 «Nicolás Avellaneda» de la ciudad de Santa Fe, quien rescata la educación que recibe en Electromecánica, donde es la única mujer. Tiene 18 años, vive en barrio Los Hornos junto a su familia y eligió seguir la escuela técnica en el turno noche porque trabaja de día en una panadería. «Se puede trabajar y estudiar», aseguró.

Por su parte, Abigail Solís (18 años), de la EETP N° 387 del barrio San Agustín de la ciudad de Santa Fe, sigue una terminalidad poco común entre las chicas: maestro mayor de obra. Sobre el filo del receso de invierno culminó su práctica profesionalizante en la constructora Dubner y Asociados. «Fue una experiencia muy buena. La práctica me ayudó a ser más organizada, a ocupar bien mi tiempo y a ser ordenada», contó.