La brecha salarial entre mujeres y hombres fue estimada en 23% a nivel global, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que consideró la situación «el mayor robo de la historia».
«No hay un solo país, ni un solo sector en el que las mujeres ganen los mismos salarios que los hombres y, a nivel global, ganan un promedio de 23% menos que los hombres, una situación que para Naciones Unidas constituye el mayor robo de la historia», indicó la asesora de ONU Mujeres, Anuradha Seth.
Según Naciones Unidas, la brecha salarial «se puede explicar por una acumulación de factores que incluyen la minusvaloración del trabajo de la mujer, sus tareas sin remuneración en el hogar, menor participación en el mercado laboral, el tipo de puestos que asumen y la discriminación».
Las mujeres ganan menos en general porque trabajan menos horas remuneradas, porque lo hacen en sectores peor pagos o por estar menos representadas en los escalafones más altos de las empresas, replicó la agencia EFE.
Además, en promedio reciben sueldos inferiores a los de sus compañeros varones por hacer exactamente el mismo trabajo; la estimación de la ONU es que por cada dólar que gana un hombre, una mujer gana 77 centavos.
Las diferencias entre países son importantes: entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hay países con una diferencia menor al 5%, como Costa Rica o Luxemburgo, y otros con hasta 36%, como Corea del Sur.
Varios países ricos tienen una brecha salarial superior: Japón (25,7%), Estados Unidos (18,9%), Reino Unido (17,1%) y Alemania (15,7%).
En tanto, la diferencia de salarios se agrava con la edad, especialmente cuando las mujeres tienen hijos.
Las últimas estimaciones apuntan a que, con cada nacimiento, la mujer pierde 4% de su salario con respecto a un hombre, mientras que para el padre los ingresos aumentan alrededor de 6%, lo que demuestra -según Seth-, que buena parte del problema es el trabajo familiar no remunerado que realizan las mujeres.
En África Subsahariana y Asia Meridional, por ejemplo, la brecha es de 31% y 35%, respectivamente, para las mujeres con hijos, en comparación con el 4% y el 14% de las mujeres que no los tienen.
Pese a la incorporación femenina al mercado laboral durante las últimas décadas, el número de mujeres activas sigue siendo muy inferior al de hombres y, en muchos casos, con menor carga horaria.
Según datos de 2015 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un 76,1% de los hombres en edad de trabajar forman parte de la población económicamente activa, mientras que el porcentaje es de 49,6% en el caso de las mujeres.