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¿Las leches vegetales son mejores que la leche de vaca?


La mayoría de los animales, dejan de tomar leche en la infancia, pero algunos seres humanos la consumen toda la vida

La mayoría de los animales, dejan de tomar leche en la infancia, pero algunos seres humanos la consumen toda la vida

Hay varias teorías en torno al consumo de leche después de la infancia y últimamente también en relación a las leches vegetales. Los seres humanos son los únicos animales que beben leche de vaca incluso a veces hasta sus últimos años de vida. ¿Por qué? Las leches consideradas “vegetales”, ¿son más beneficiosas para la salud?

Cerca del 30% de la población del mundo continúa produciendo lactasa, la enzima que se requiere para digerir la lactosa, en la adultez. El resto reduce su producción después de la fase de destete en la infancia y suele volverse intolerante a la lactosa.

En el mundo, los europeos, algunas poblaciones de África, Medio Oriente y sureste asiático en son bebedores de leche. Entre la gente de descendencia europea en Estados Unidos, solo cerca del 9% tiene intolerancia a la lactosa.

Sin embargo, incluso aquellos que pueden digerirla, reducen su ingesta por otras razones, como el costo para la salud y el medio ambiente. Por eso, ha crecido la producción y consumo de leches alternativas a la de vaca. ¿Pero tiene algún beneficio dejar la leche de vaca para consumir otras alternativas?

La leche de vaca es una buena fuente de proteína y calcio, así como de nutrientes incluidos la vitamina B12 y el iodo. También contienen magnesio, que es importante para el desarrollo de los huesos y el funcionamiento de los músculos, y suero de leche y caseína, que se ha descubierto que juegan un papel en el proceso de bajar la presión.

El Servicio de Salud Nacional de Reino Unido, recomienda que los niños de entre uno y tres años consuman 350 miligramos de calcio por día, algo que brindan 0,260 ml de leche, para desarrollar huesos sanos. Pero para los adultos, investigaciones sobre si la leche ayuda o no a mantener nuestros huesos sanos son contradictorias.

Si bien el calcio es necesario para mantener huesos sanos, la evidencia de que consumir una dieta rica en calcio puede prevenir la fractura de huesos no es clara. Una serie de estudios halló que no hay una reducción significativa del riesgo de fractura por la ingesta de leche, mientras que otras investigaciones indican que la leche puede, de hecho, contribuir al riesgo de fractura.

Un estudio en Suecia encontró que las mujeres que bebían más de 200 mililitros de leche al día, menos de un vaso, tenían un riesgo más elevado de fracturas. Sin embargo, el estudio fue de observación, por eso los investigadores fueron cautos a la hora de hacer interpretaciones de sus hallazgos.

Pero el calcio, es crucial durante la adolescencia para el desarrollo de la fortaleza de los huesos, dice Ian Givens, experto en la cadena nutritiva de los alimentos de la Universidad de Reading, en Reino Unido. «Si tus huesos no se desarrollan correctamente durante tu años de adolescencia, corres un riesgo mayor de tener debilidad ósea más tarde en la vida, sobre todo las mujeres después de la menopausia, que pierden los beneficios del estrógeno», dice Givens.

Problemas de salud

Otra preocupación en torno a la leche son las hormonas que se consumen a través de la leche de vaca. A las vacas las ordeñan cuando están embarazadas, cuando sus niveles de estrógeno aumentan veinte veces. Si bien un estudio vinculó estos niveles de estrógeno con el cáncer de ovario, mama y útero, Laura Hernández, quien estudia la lactancia en la Universidad de Wisconsin dice que ingerir hormonas a través de la leche de vaca no es algo que deba preocuparnos. Después de todo, «la leche humana también tiene hormonas. Es parte de ser un mamífero», dijo Hernández.

Por otra parte, los estudios también hallaron un vínculo entre el consumo de leche y las enfermedades coronarias, debido al contenido de grasa saturada de la leche. Pero la leche entera solo contiene cerca del 3,5% de grasa, la semidescremada cerca del 1,5% y la descremada 0,3%, mientras que la leche sin azúcar de soja, de almendra, coco, avena y arroz tienen niveles más bajos de grasa que la leche entera.

Otro estudio determinó que solo aquellos que bebían casi un litro de leche por día, tenían más riesgo de sufrir enfermedades coronarias. El vínculo puede deberse a que aquellos que beben tanta leche no siguen una dieta sana, dice Jyrkia Virtanen, epidemióloga nutricional de la Universidad de Finlandia Oriental.

«Solo una ingesta muy elevada de leche puede ser mala, pero no hay investigaciones que sugieran que la ingesta moderada sea perjudicial», expresó Virtanen.

Demanda creciente de leches alternativas

Mientras que hay muchas investigaciones sobre los efectos de la leche de vaca en nuestra salud, hay muchas menos sobre las alternativas que no contienen lactosa. En las góndolas de supermercados se pueden ver leches hechas de soja, almendras, anacardos, avellanas, coco, nueces de macadamia, arroz, lino, avena o cáñamo. El ingrediente principal está procesado y diluido con agua y otros ingredientes, incluidos estabilizadores como goma gellan y goma de algarrobo.

La leche de soja es el mejor remplazo de la leche de vaca en cuanto a la proteína, ya que es la única con un contenido de proteínas comparable. Pero las proteínas en las bebidas alternativas pueden no ser «verdaderas» proteínas, aclaró Givens.

El consumo de esas leches “crítico” para los niños y los ancianos, “que tienen una necesidad imperiosa de proteínas de alta calidad para el desarrollo de los huesos”.

Diferencias

Mientras que la leche de vaca contiene lactosa, un azúcar que se produce de forma natural, las leches alternativas suelen tener azúcar añadida, que es más dañina para nuestra salud.

Escoger leche o bebida alternativa no es una cuestión de lo que se considera más o menos sano, dice Hernández, sino que requiere leer la información nutricional de cada producto y decidir qué bebida es mejor para uno en particular.

Alguien que no es intolerante a la lactosa, que tiene alto riesgo de desarrollar osteoporosis o enfermedades coronarias, por ejemplo, puede optar por leche de vaca descremada, mientras que alguien a quien le preocupa el medio ambiente puede elegir la leche que tenga el menor costo ambiental.

En la mayoría de los casos, un sustituto o sustitutos, pueden usarse en lugar de la leche. «Si bien no es necesario evitar la leche, tampoco es necesario beberla», explica Virtanen.