Casi la mitad de las empresas en Argentina que aplican iniciativas en diversidad e igualdad de género informaron que mejoraron sus resultados, aunque sólo dos de cada diez CEO’s es mujer, según datos de un informe presentado hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y ONU Mujeres.
“La igualdad de género es un derecho constitucional, pero lo que demostramos con este informe es que también es una oportunidad de negocio”, indicó durante la presentación María Victoria Giulietti, Coordinadora Regional OIT del Programa Ganar-Ganar.
El informe, presentado en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA), es el resultado de una encuesta realizada entre 317 empresas de las cuales el 79% son nacionales; 30%, grandes (más de 250 empleados); 17%, medianas (entre 101 y 249 empleados), y 53 %, pequeñas (menos de 100).
Según el estudio, el 49% de las organizaciones que expresaron que implementaron iniciativas en diversidad y género dijeron que mejoraron sus resultados empresariales, y el 53% expresó que sus beneficios financieros tuvieron un incremento del 15% en relación a aquellas que no tienen estas políticas de igualdad.
Entre los resultados positivos más usuales de aquellos que sí tienen iniciativas igualitarias figuran la atracción y retención de talentos (90%), la mejora de la reputación de la empresa (89%) y el aumento de resultados empresariales, incluyendo la rentabilidad y la productividad (85%), entre otros.
Giulietti describió que, a pesar de estos resultados, la situación de las mujeres en el empresariado argentino todavía se encuentra es una condición desigual: “Es un problema local y mundial, pero no por eso tenemos que dejar de seguir implementando acciones de mejora”, indicó.
El informe señala que “aunque el 43,2% de la población asalariada es femenina, su peso desciende a medida que se aproximan a la cima de las pirámides jerárquicas”: ocupan el 31,6% de la direcciones, el 29% de las jefaturas y sólo en el 21% de las empresas encuestadas hay mujeres CEO.
“Las causas de estas brechas son múltiples, pero hay una central que es el trabajo doméstico no remunerado del que se ocupa centralmente la mujer”, expresó Giulietti.
Y a modo de ejemplo precisó que “para la franja de 35 horas de trabajo semanal, las mujeres hacen, además, 6.5 horas de trabajo doméstico no remunerado contra 3.5 que hacen los hombres”.
“Entonces si bien existe cada vez más evidencia que demuestra que el modelo de trabajo de 24 horas por siete días de la semana atenta contra la productividad de las personas, lo cierto es que hoy todavía muchas organizaciones funcionan con esa lógica y esto se vuelve expulsivo para las mujeres”, agregó.
El informe concluye que para erradicar desigualdades en el mercado laboral es necesario que se implementen políticas activas en empresas y en los distintos niveles de Gobierno.
En relación a la medidas empresariales, se identifican como “particularmente exitosas” las que promueven un equilibrio entre el trabajo y las responsabilidades familiares, que pueden traducirse en medidas concretas como licencias parentales (para ámbos géneros) y horarios y ámbitos de trabajo flexibles.
A la presentación asistieron también Miguel Acevedo (presidente UIA), Martín Rappallini (presidente de UIPBA) y Pedro Furtado de Oliveira (director de la OIT); además de mujeres empresarias de distintos sectores que contaron sus experiencias personales.