Las empresas aseguran que la medida no supone una posible solución a la crisis y sus acciones caen en la Bolsa de NY
Las conversaciones en la Organización Mundial del Comercio sobre la liberación de las patentes de las vacunas contra el coronavirus podrían tomar varios meses. Si bien para los presidentes de varios países esto supone una posible solución a la crisis, las grandes farmacéuticas que están fabricándolas no piensan igual.
El grupo de Investigadores y Manufactureros Farmacéuticos de Estados Unidos (PhRMA), que agrupa a fabricantes como AstraZeneca, Pfizer y Johnson & Johnson, advirtió que esta propuesta «debilitará aún más las cadenas de suministro y alimentará la proliferación de vacunas falsificadas». Stephen Ubl, presidente de la organización, consideró que la iniciativa «sembrará confusión entre los socios públicos y privados».
La abogada de patentes europeas, Micaela Modiano, consideró que «sentaría un muy mal precedente». «Es gracias a la investigación científica que ahora tenemos medicamentos, tratamientos y vacunas. Pero esto se debe a las patentes, en las que las empresas siguen invirtiendo dinero y no tendrías este tipo de inversión si no hubiera una recompensa adecuada para las empresas», indicó.
Tras el apoyo de Joe Biden a la propuesta, la Unión Europea también se mostró a favor. Luego, varios países como Francia, España y Rusia lo consideraron conveniente. Sin embargo, Alemania considera que hay que proteger la intelectual.
Poco después del respaldo de Biden, las acciones de las grandes farmacéuticas se desplomaron en la Bolsa de Nueva York. Moderna y BioNTech bajaron 7,5% y 5%, respectivamente, mientras que Pfizer lo hizo en cerca del 2%.
Pfizer aseguró que su vacuna, desarrollada junto al laboratorio alemán BioNTech, requiere 280 componentes de 89 suministradores diferentes ubicados en 19 países, enfatizando la complejidad del proceso. Moderna por otro lado señaló que su negocio no se veré afectado por la medida, aunque también duda de que pueda ayudar al suministro de dosis.