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Las fraudulentas elecciones presidenciales que ganó la corrupción y la vileza


Julio Argentino Roca (hijo) votando.

El Fraude Patriótico: elecciones signadas por toda clase de irregularidades

El Fraude Patriótico: elecciones signadas por toda clase de irregularidades

Las elecciones presidenciales de Argentina de 1931 se celebraron el 8 de noviembre. Fueron adelantadas casi tres años, y se realizaron en el marco de la dictadura militar de José Félix Uriburu, impuesta mediante un golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional democrático de Hipólito Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930. Las elecciones, celebradas con la Unión Cívica Radical proscrita, marcaron el retorno de los conservadores al poder por medio del fraude electoral y fueron un acontecimiento histórico importante para el período conocido como Década Infame que finalizaría, también, con un golpe de estado el 4 de junio de 1943. El resultado de estas elecciones fue una victoria para el candidato de la coalición del gobierno, conocida como Concordancia, que llevó a la presidencia a Agustín P. Justo, el 20 de febrero de 1932.

Agustín P. Justo votando.

Golpe de Estado de 1930

El presidente Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical (UCR), había llegado por primera vez al poder en 1916, como consecuencia de la celebración de las primeras elecciones libres del país, deponiendo formalmente al régimen conservador que gobernaba la Argentina desde 1874. Tras su primer gobierno, concluido ese mismo año con las elecciones de 1922, asumió la presidencia Marcelo Torcuato de Alvear, iniciando una división dentro del radicalismo entre Yrigoyenistas y Antipersonalistas. En las elecciones de 1928, Yrigoyen se presentó para un segundo mandato y fue elegido con casi el 62% de los votos. Sin embargo, durante su segundo gobierno debió enfrentarse a la Gran Depresión, que, al afectarse la economía mundial, provocó una severa crisis económica en Argentina, dependiente del comercio exterior debido a su modelo agroexportador. En ese contexto, y tras una serie de protestas y una campaña mediática en contra del gobierno y asesinatos de opositores,​ el 6 de septiembre de 1930 se produjo un golpe de estado que derrocó a Yrigoyen e instauró una dictadura militar de facto. Fue la primera interrupción exitosa del orden constitucional en el país y marcaría un largo período de golpes de estado que finalizaría en 1983.

Hipólito Yrigoyen durante su segunda presidencia.

El «gobierno provisorio»

Tras el golpe, Uriburu, general retirado y miembro del Consejo Supremo de Guerra, se declaró «Presidente del Gobierno Provisorio». El 10 de septiembre de 1930, fue reconocido como presidente de la Nación mediante una célebre y cuestionada Acordada de la Corte Suprema de Justicia que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto.​

Uriburu tras su autoproclamación.

Uriburu, que al poco tiempo se proclamarse presidente estaba muy delicado de salud, decidió establecer un sistema fraudulento que perpetuara a los conservadores al poder. De ese modo anunció una pronta salida electoral. La UCR eligió a Marcelo Torcuato de Alvear para liderar el partido antes de las elecciones de noviembre de 1931.

La UCR boicoteó la elección, aunque los comités del partido en varias provincias participaron de modo extraoficial.​ Por otro lado, el apoyo del Senador de la UCR Leopoldo Melo (el líder de la facción anti-Yrigoyen del partido) y de Uriburu por el general retirado Agustín P. Justo como candidato dio lugar a la Concordancia. Esta nueva alianza conservadora atendió el sabio consejo de Uriburu durante su convención de nominación, esquivando a los terratenientes imponentes en favor de Justo. Ellos eligieron al ex gobernador de Córdoba, Julio Argentino Pascual Roca, como su compañero de fórmula. Roca, hijo del difunto líder del PAN, Julio Argentino Roca, había dirigido también el Partido Demócrata de Córdoba

El Partido Demócrata Progresista (PDP), conocido por su plataforma anticorrupción, nombró al senador Lisandro de la Torre como su candidato.

Lisandro de la Torre durante su candidatura a presidente

En última instancia, la intimidación de los votantes y las irregularidades generalizadas ayudaron a dar a la Concordancia una victoria considerable en la noche de la elección. El colegio electoral, que contó separadamente a la Lista Única de los conservadores, estaba mucho más dividido: 135 para Justo, 124 para de la Torre y 117 para los numerosos boletos UCR que desafiaron el boicot de Alvear-Barroetaveña. Como la mayoría de estos boletos de la UCR fueron liderados por figuras conservadoras opuestas al senador de la Torre, la mayoría de sus 117 electores le entregaron a Justo la Presidencia.