De acuerdo con una encuesta realizada por la empresa de servicios de recursos humanos Randstad, un 47% de los argentinos prefiere un formato mixto de oficina y trabajo remoto, como formato ideal y permanente cuando pasen los efectos de la pandemia
Empresas de distintos sectores tendrán el desafío de reinventar los espacios de trabajo para que los empleados vuelvan a vincularse, después del aislamiento, en ámbitos seguros, de acuerdo con estudios sobre la función de las oficinas en la pospandemia.
«Las empresas están frente al desafío de reinventar el espacio de trabajo y aprovechar esta oportunidad para una nueva etapa en el vínculo con sus equipos», señaló Alex Sakkal, cofundador y director comercial de la desarrolladora Nómada.
Un informe de la firma observó que «hace unos meses, sólo pensar en regresar al espacio de trabajo parecía un hecho de ciencia ficción»; sin embargo, «expertos de las más diversas disciplinas coinciden en la necesidad de que las personas vuelvan a vincularse después del aislamiento».
De acuerdo con una encuesta realizada por la empresa de servicios de recursos humanos Randstad, un 47% de los argentinos prefiere un formato mixto de oficina y trabajo remoto, como formato ideal y permanente cuando pasen los efectos de la pandemia de coronavirus.
En tanto, un 19% asegura que preferiría seguir trabajando siempre desde su hogar, mientras que apenas un 6% sostiene que quisiera trabajar desde la oficina cuando se levanten todas las restricciones por la emergencia sanitaria.
Las opciones se completan con el 17% que elegiría una opción que le diera flexibilidad para cambiar con libertad sus horarios de trabajo; el 6% que se inclina por un formato que le permita elegir cuándo trabajar desde el hogar; y un restante 5% de los trabajadores argentinos optaría por trabajar de forma remota desde cualquier lugar.
Para Andrés Neumann, co-fundador y CEO de Nómada, la vuelta a la oficina debe sustentarse sobre la base de dos grandes pilares: «los estímulos positivos para regresar y la percepción de seguridad en el espacio de trabajo; nosotros decidimos poner mucha energía en el primero, sin descuidar la importancia del segundo», remarcó.
En tanto, Sakkal señaló que «la mayoría de las empresas que tienen sus oficinas en Tesla Patricios II, nuestro edificio emblemático en el Distrito Tecnológico (de CABA), expresaron sus ganas de regresar en el corto plazo, con la idea de que sea opcional, paulatino, con una dinámica de prueba y error, y con equipos limitados».
En este contexto, los edificios están sumando propuestas interactivas con halls y espacios comunes o «multiuso», para favorecer la interacción y el bienestar de quienes se desempeñan en estos espacios.
En el ciclo de seminarios de Nómada, Frameworks for Interaction, el arquitecto Scott Grbavac, asociado del estudio de arquitectura Urban Agency de Dinamarca, afirmó que «trabajar permanentemente desde los hogares conlleva una visión extremadamente solitaria de la existencia humana».
Agregó que «si todos trabajamos desde nuestros hogares, también se perdería la interacción con la ciudad; ir desde nuestras casas a las oficinas es una oportunidad única para interactuar con la comunidad, con las personas que probablemente nos cruzamos a diario, de poder tomarnos una pausa para tomar un café o una cerveza».
En tanto, Carl Backstrand, director internacional del estudio de arquitectura White Arkitekter en Suecia, consideró que «el concepto de flexibilidad a la hora de conceptualizar edificios también refiere a poder convertirlos en espacios para el disfrute».
«Los edificios no residenciales, como las oficinas, pueden evolucionar y ser los lugares a donde la gente va a encontrarse y disfrutar», concluyó el especialista.