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Las disquerías siguen sobreviviendo ante las tecnologías y ofrecen una experiencia única


Foto: Fernando Der Meguerditchian

Visitar una disquería en estos días es un viaje a otra forma de escuchar música, más personal, más delicada, más especial. CLG recorrió algunas que aún hacen fuerza en Rosario

En las calles del centro de Rosario, casi como un oasis, se encienden las luces de locales de un rubro que con el vaivén de las épocas supo mantenerse. Las disquerías son parte de la cultura y una visita obligada para los turistas que llegan a la ciudad. En los últimos años lograron captar un público que busca en los CDs o vinilos una experiencia musical más allá de los streamings. CLG habló con vendedores de este tipo de locales para conocer el mundo de las disquerías, un espacio que catapulta al amante de la música hacia otros lugares.

En el primer comercio consultado estaba Luciano, quien aseguró que «la gente sigue comprando discos», pero reconoció que «el nicho» se fue haciendo cada vez más chico. De todas formas, el vendedor de Music Shop contempló que la gente que hoy elige los medios digitales como Spotify y YouTube para escuchar música «también compra discos» y manifestó que la pandemia incentivó la venta de discos y vinilos.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Yendo un poco al interior de cada mostrador, Luciano indicó que «contrariamente a lo que pasaba años atrás, ya no hay un artista que sea masivo en cuanto a la venta, como podría ser el Indio Solari». Hoy la variedad está a la orden del día y no hay géneros que lideren el ranking de ventas. «Tenés clásicos y artistas de rap o hip hop, que son lo que buscan los más jóvenes», contó y deslizó que los precios varían según el artista, pero promediando los CDs nacionales se pueden encontrar desde 500 pesos y hasta 2.000, mientras que los internacionales tienen un promedio de 3.000 pesos. Por otra parte, los vinilos alcanzan los 5.000 pesos.

Justamente este último formato tuvo una creciente demanda en el último tiempo y, para el comerciante, la explicación tiene que ver con el valor del propietario por la música en formato físico: «En los 90 todos tenían un CD y el que nunca le dio mayor importancia al objeto escucha digital, pero el que siempre valoró la parte física sigue comprando. Quizás en su momento, con el boom del CD, mucha gente se desprendió del vinilo y ahora hay una vuelta, no tan masiva, de recuperar algunos discos clásicos».

«Es un formato nuevo que te da otras cosas y tiene un ritual especial», concluyó desde el otro lado del mostrador.

Foto: Fernando Der Meguerditchian

En otro local estaba Néstor, que también reconoció un incremento en ventas debido a que la pandemia incentivó el confinamiento y «la gente se quedó en la casa, se amigó con la música otra vez y a medida que se fue abriendo todo se disparó la venta».

Si bien entendió que «bajó la cantidad de clientes» y se generó un «público cautivo», explicó que cambiaron las formas del mercado y la gente ya no llega a revisar el stock de cada disquería, sino que «llama o se contacta por redes sociales a ver si está lo que buscan».

Foto: Fernando Der Meguerditchian

«Cambió el flujo de gente, además bajó el turismo y eso también se siente porque había mucha gente de otros países que compraba», apuntó Néstor.

Para el comerciante, el regreso del vinilo no influyó en la venta de CDs ya que la modalidad de álbum es «para cierto público», pero destacó la gran cantidad de jóvenes que «consumen mucha música física y eso, años atrás, estaba más estancado».

Foto: Fernando Der Meguerditchian

Por otra parte, expresó su malestar por las iniciativas de ventas de discos de vinilo en puestos de diarios: «A la gente que está en el mundo de las disquerías nos molesta porque eso es un arreglo de Warner y nos deja excluidos»

«No todos los que venden diarios saben cuidar un vinilo, los ves que están expuesto al sol y es una amargura», remarcó con gracia el vendedor y sentenció que «si bien son costos más bajos, vale como idea. Pero no me gusta cómo se ejecutó».