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Las consecuencias de las dietas restrictivas son muy complicadas


"Suceden cosas a nivel hormonal y químico que no se dicen y es necesario que se sepa para que antes de hacer una dieta", dice una nutricionista

Por Lic. Agustina Murcho, nutricionista experta en trastornos alimentarios (MP 3196/MN 7888). @nutricion.ag

Lo que voy a mencionar ahora jamás se dice cuando nos dan una dieta restrictiva. No solamente las consecuencias son el descontrol alimentario posterior, el efecto rebote y la falta de nutrientes. Suceden cosas a nivel hormonal y químico que no se dicen y es necesario que se sepa para que antes de hacer una dieta, lo recuerden:

Vamos a ver las 13 consecuencias de hacer dieta:

– Aumento del cortisol: la restricción genera mucho estrés, lo cual hace que tarde o temprano necesitemos comer para calmarlo. El cortisol alto genera también grasa abdominal.

– Aumento de la ghrelina: es la hormona del hambre, generada en el estómago, la cual a nivel cerebral estimula el NPY que también aumenta las ganas de comer.

– Aumento del deseo: todo lo que nos prohibimos se desea más, por lo tanto, en algún momento se generará un descontrol alimentario y eso prohibido será muy difícil de frenar.

– Disminución de serotonina: es el neurotransmisor que regula el estado de ánimo, sueño y motivación. Por eso, cuando estamos a dieta no podemos dormir, estamos irritables y sin ganas de nada. Y este desequilibrio emocional y de sueño también hará que en algún momento haya descontrol.

– Disminución de leptina: es la hormona de la saciedad, la cual va a bajar sus niveles para llevarnos a comer.

– Disminución de amilina y peptido yy: dan saciedad y de retardar el vaciamiento gástrico, y regulan la ingesta por placer, pero cuando hay restricción, bajan los niveles.

Como ven el cuerpo se defiende. Siempre que haya una restricción muy grande de calorías, nutrientes y placer, todo esto se desajusta. Y todo explica por qué hay efecto rebote, descontrol alimentario y por qué luego de una dieta, cada vez cuesta más bajar de peso.

– Aislamiento social: muchas personas dejan de ir a eventos sociales por la comida

– Obsesión: la restricción genera obsesiones muy fuertes

– Probabilidad de desarrollar un trastorno alimentario: quien es vulnerable a padecer un trastorno alimentario, al hacer una dieta, es muy probable que desarrolle uno.

– Pérdida de masa muscular: esto hace que el metabolismo basal disminuya (el musculo hace que gastemos más calorías en reposo).

– Dolores de cabeza, mareos, constipación, debilidad: todo esto se da por la falta de nutrientes.

– No se toma en cuenta el hambre emocional ni el «por que comemos».

– No enseñan a registrar hambre y saciedad.

Como ven, las consecuencias son muy complicadas, por lo tanto, antes de empezar una dieta restrictiva, consultar con un profesional que justamente NO de estas dietas a sus pacientes, y que tomen al paciente como un ser humano que come para nutrirse, por placer, para compartir, disfrutar y también por hambre emocional, lo cual es importante trabajar.