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La vuelta al aire del 737-Max la determinarán «todos los reguladores mundiales»


Así lo informaron desde la Asociación Internacional de Transporte Aéreo

Así lo informaron desde la Asociación Internacional de Transporte Aéreo

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata) ratificó que la certificación para que el avión Boeing 737-Max vuelva a volar, debe ser «no solamente del regulador estadounidense, la FAA (Administración Federal de Aviación), sino de todos los organismos reguladores mundiales donde vuela esta aeronave». Así lo explicó el vicepresidente de Seguridad y Operaciones Aéreas de la entidad que nuclea a las aerolíneas en todo el mundo, Gilberto López Meyer.

El Boeing 737-Max, de los cuales Aerolíneas Argentinas posee 5 aviones, dejó de operar en todo el mundo desde el mes de marzo, después de los accidentes en Indonesia y Etiopía en donde perdieron la vida 346 personas y esta situación derivó en grandes pérdidas para las compañías aéreas, sobre todo con aquellas que contaban en sus flotas con muchas de estas unidades.

Boeing preveía que la FAA levantara el veto a mediados de diciembre y completara su revisión de los requisitos para la capacitación de los pilotos hasta enero, pero esto no ocurrió y ahora el plazo parece haberse estirado hasta marzo, cuando las norteamericanas SouthWest y United tienen previstos sus primeros vuelos con este equipo.

La crisis provocada por el parate obligado de los 737-Max, fue una de las causas de los problemas en la noruega Norwegian, que derivaron en la venta de su filial argentina a JetSmart y, además, pérdidas de al menos 100 millones de euros anuales para Ryanair, por ejemplo, o una caída del 20,4 por ciento en el número de viajeros en rutas internacionales de Aeroméxico, con una recaudación de 290 millones de dólares menos en términos absolutos, y pérdidas de 1.000 millones de dólares para American Airlines y Southwest, entre ambas.

Aerolíneas Argentinas, en particular, se vio obligada a reprogramar sus servicios, sobre todo los que prestaba a Punta Cana, destino al cual llegaba sin necesidad de realizar una escala para la recarga de combustible, además de frenar la renovación de la flota de aviones Embraer de Austral.

«Iata celebró dos cumbres 737 MAX para facilitar discusiones con los operadores alrededor del retorno al servicio y temas relacionados como las diferencias entre el 737 MAX actual y el que tendremos en el futuro tras la certificación correspondiente», indicó López Meyer. Explicó que «los puntos clave de cada cumbre fueron los mismos: primero, la confianza del público y de los empleados en el B737 MAX es crítico para su exitoso retorno al servicio, segundo el reconocimiento mutuo de la certificación de aeronaves es crítico, no solo para el B737 MAX, sino para todos los futuros aviones».

Anticipó que «Iata continuará apoyando a las aerolíneas abogando por alineación y coordinación de la validación de cada Estado, atendiendo a los requisitos a nivel mundial y defendiendo el proceso de certificación de reconocimiento mutuo para un largo tiempo».

Finalmente el directivo reflexionó en cuanto a que «los accidentes aéreos son extremadamente raros y ciertamente dos accidentes que involucran el mismo tipo de aeronave dentro de unos pocos meses de diferencia son aún más raros. Por eso el público viajero necesita confianza en la integridad del avión y así, si un Estado lo restaura al servicio, no debería haber ninguna sugerencia de otros Estados que manifiesten no estar de acuerdo con esa acción».