El flamante presidente trasandino estará este lunes y martes en el país y seguirá con la tradición de que su primer viaje sea a la Argentina
Por Marianela Mayer – Télam
El flamante presidente de Chile, Gabriel Boric, mantendrá la tradición de sus antecesores de realizar su primer viaje internacional a Argentina, pero la visita del lunes y martes estará enfocada en dejar atrás las diferencias y destacar los aspectos comunes de la agenda bilateral, un cambio de política que podría verse facilitado por la buena relación con su par argentino, Alberto Fernández.
«Basta de mirar con distancia a nuestros países vecinos», dijo el mandatario en su primer discurso el pasado 11 de marzo, al expresar su deseo de avanzar a un nuevo estado en las relaciones con Argentina, Perú y Bolivia, en las que la agenda bilateral no se concentre en los temas pendientes.
Días después, al confirmar que su primera salida al exterior sería a Argentina, Boric comentó que había abordado con su homólogo argentino la necesidad de que el viaje «se traduzca en colaboraciones concretas, por ejemplo, en términos de facilitar el paso de las fronteras, en inversiones».
Un cambio de visión ratificado, posteriormente, por la canciller chilena, Antonia Urrejola, quien señaló que, más allá de los problemas limítrofes que existen con Buenos Aires, el objetivo de su gestión es que se enfaticen en materias comunes, como migración, conectividad, comercio y cultura, entre otros.
«No puede ser que la agenda con los vecinos se concentre en las diferencias», dijeron fuentes diplomáticas chilenas, citadas por el portal de noticias El Mostrador.
Una opinión compartida incluso por el diputado opositor de la conservadora Unión Demócrata Independiente, Guillermo Ramírez, quien integrará la comitiva que llegará el domingo a Buenos Aires junto a Boric.
«Las relaciones entre los países no pueden estar paralizadas por el hecho de que pueda haber temas limítrofes pendientes. Me parece muy bien que se separen las aguas, de tal manera de poder avanzar en otros temas como integración o comercio que benefician a ambos países», destacó.
Este nuevo rumbo político podría verse favorecido por la buena sintonía que se vio entre ambos presidentes durante la jornada de asunción de Boric, en la que el dirigente chileno pidió a Fernández que comparta la palabra con él durante el almuerzo de jefes de Estado, «un gesto inusual y muy valorado por el mandatario argentino», según destacaron entonces desde la Cancillería argentina.
Si bien ambos líderes no se conocían personalmente, en el poco tiempo compartido lograron construir una cercana relación.
«Se llevó una muy buena impresión, se llevaron fabuloso», afirmaron a la prensa fuentes cercanas a Fernández, quienes subrayaron que la relación bilateral con el Gobierno del conservador Sebastián Piñera había terminado un poco deteriorada por las comparaciones en el manejo de la pandemia y la pretensión argentina en la plataforma continental antártica.
Según expresaron, los mandatarios están «muy interesados en mejorar las cosas» y la afinidad política entre ambos favorecería la posibilidad de generar acuerdos.
Una voluntad expresada por el propio Fernández, quien durante el acto de asunción de Boric consideró a la llegada al poder del líder de izquierda como una «expectativa para toda América Latina» y afirmó que «es un presidente que pone en la mesa de debate lo que, tal vez, otros no ponen».
«Boric entiende el progresismo como yo también lo entiendo. Valora mucho la institucionalidad, la democracia, los derechos humanos. Creo que como yo, es un pacifista y me siento muy cómodo sabiendo que Chile está gobernado por Boric», dijo entonces a Télam.
La conexión entre ambos gobernantes fue también destacada por el exaspirante presidencial por el Partido Progresista de Chile y fundador del Grupo de Puebla Marco Enríquez-Ominami, quien mantiene una estrecha relación con el presidente argentino.
«Como progresista, me interesan las relaciones más intensas posibles entre Argentina y Chile. Dicho eso, veo grandes expectativas en ambos gobiernos, porque hacía mucho tiempo que no teníamos a dos presidentes con una comunidad de valores progresistas», manifestó al diario El Mercurio.
«A Michelle Bachelet le tocó (Mauricio) Macri y a Piñera le tocó Fernández y esta comunión después de muchos años va a generar grandes avances en distintas materias», agregó.
En tanto, el diputado oficialista y miembro de la comisión de Relaciones Internacionales, Vlado Mirosevic, pronosticó que la relación entre ambos presidentes va a poner a Chile y Argentina en un momento de relaciones mucho mejor.
«Creo que ellos la van a llevar a un momento superior. Los presidentes y los gobiernos se van a entender muy bien», estimó.
La visita de Boric a Buenos Aires tendrá, además, un importante valor simbólico, ya que coincidirá con la conmemoración del Abrazo de Maipú, con el que el general José de San Martín y el general Bernardo O’Higgins se dieron el famoso abrazo donde sellaron la independencia de Chile, el 5 de abril de 1818.
Para la Cancillería argentina, el viaje del mandatario chileno «abre una oportunidad para retomar con dinamismo la agenda bilateral de amistad, cooperación e integración», según destacó en un comunicado.