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La vida de un músico callejero: Jorge, su charango y la respuesta de la gente


Siendo una cara frecuente de los colectivos rosarinos, Jorge Mansilla relató su vida en CLG

Siendo una cara frecuente de los colectivos rosarinos, Jorge Mansilla relató su vida en CLG y afirmó: «No cuento con un sueldo como alguien que tiene un trabajo formal, pero puedo manejar mis tiempos a mi manera»

Desde una banda en la peatonal a una sola persona con una guitarra en un colectivo, los artistas callejeros abundan en Rosario. Esta vez, CLG trae la historia de Jorge Mansilla, un músico habitué de las calles de la ciudad.

Jorge es un artista callejero rosarino que lleva más de ocho años subiéndose a los colectivos con su charango y su voz para cantar canciones y recibir alguna moneda a cambio. Al mismo tiempo, es estudiante de arte, y asegura que esa es una de las razones por la cual se dedica a esta peculiar profesión: «Quise hacerlo porque me gusta y porque me da tiempo para estudiar y hacer otras cosas».

Obra social, jubilación o aguinaldo son todos factores que no existen en la vida de un artista callejero, pero eso a Jorge no le importa porque encuentra las ventajas en otro lado: «No cuento con un sueldo como alguien que tiene un trabajo formal, pero puedo manejar mis tiempos a mi manera». Sin embargo, la crisis golpea a todos por igual: «El trabajador siempre se anda cuidando el bolsillo, pero quizás ahora se siente un poco más», explicó, en referencia a lo que ve cuando pasa la gorra.

¿Qué tipo de música puede uno esperar cuando Jorge se sube al colectivo? Él lo cuenta: «Hago una diversidad de música porque el público siempre es diferente. Hago folklore, rock, cumbia; distintos géneros. Tengo versiones propias de otras canciones con mi charango, a veces algo de percusión». Y, mostrando una gran conciencia, aventuró: «Tocaría reggaetón, mientras la canción no tenga una letra que estigmatice a las mujeres».

El ingreso de un músico callejero depende exclusivamente de su capacidad de cautivar a quien lo oye y de la bondad de los pasajeros de los colectivos. A veces se puede tener un buen día y otras veces uno malo, y así lo relató: «Hay gente que murmulla cuando te subís con el charango o que quiere hablar más fuerte de lo que vos estás tocando y cantando, y hay otra que te felicita, que te dice que les cambiaste el día o te quieren llevar a un evento. Por suerte es más la gente que se copa que los que no le gusta».

Por último, este artista callejero rosarino dejó una frase que refleja lo que significa la música para él: «Lo bueno que tiene el arte es que podés transformar alguna tristeza o dolencia en arte. Utilizo el arte para transformar esa energía que traigo en algo bueno».

Escuchá la historia completa de Jorge Mansilla en su propia voz, acá: