Tras casi medio siglo, la universidad pública vuelve a ofrecer la licenciatura en Terapia Ocupacional, cerrada en 1977 por el terrorismo de Estado
La Universidad Nacional de Rosario (UNR) anunció esta semana la restitución de la carrera de Terapia Ocupacional, interrumpida en 1977 por la última dictadura cívico-militar. El hecho tiene un fuerte valor académico, pero sobre todo simbólico: implica reparar una herida abierta en la vida universitaria y en la historia de la salud mental de la ciudad.
Rosario fue pionera en la formación pública de terapistas ocupacionales. En 1970 se dictó en la Facultad de Ciencias Médicas el primer curso, y en 1973 se transformó en carrera universitaria con un plan de estudios innovador, basado en la psiquiatría comunitaria y en la autonomía de los pacientes. Ese impulso se frenó abruptamente en 1976, cuando las autoridades de facto redujeron la propuesta a un curso y, un año después, la clausuraron por completo.
Entre las protagonistas de ese proceso estuvo Raquel Boero, estudiante y luego docente de prácticas clínicas, desaparecida en 1976. Su nombre quedó ligado a la memoria de la carrera y es el emblema de la agrupación que desde 2019 impulsó el regreso de la licenciatura. “Esto es un acto de reparación histórica y de justicia social”, subrayó Laura Armoa, referente del espacio que lleva el nombre de Boero.
A pesar del cierre, las profesionales de Rosario nunca bajaron los brazos. En 1985 crearon la Asociación de Terapistas Ocupacionales (ATOR), y en 1990 lograron reabrir la formación en el ámbito privado. Pero la lucha por recuperar el espacio en la universidad pública se mantuvo firme durante décadas. El punto de inflexión llegó en 2021, con la aprobación de un nuevo plan de estudios en la Facultad de Ciencias Médicas, y la decisión política de la UNR se cristalizó en este 2025 con el anuncio oficial de restitución.
La Terapia Ocupacional se centra en acompañar a personas, grupos o comunidades cuya vida cotidiana se ve afectada por enfermedades, discapacidades, situaciones de estrés u otros condicionantes. Sus intervenciones abarcan desde el ámbito sanitario y educativo hasta lo laboral, judicial y comunitario, siempre con el objetivo de recuperar autonomía y mejorar la calidad de vida.
Con su vuelta a la UNR, la disciplina amplía la oferta académica local y al mismo tiempo reconoce el compromiso de generaciones que, a pesar de la adversidad, sostuvieron la práctica, defendieron su valor social y mantuvieron vivo el reclamo de justicia y memoria.
