La capacidad de combinar vacunas podría hacer que los programas de vacunación sean más flexibles, lo que aceleraría el proceso y reduciría el impacto de cualquier interrupción de la cadena de suministro
La Universidad de Oxford anunció hoy que ampliará su estudio conocido como «Com-Cov» que inició en febrero pasado para investigar la posibilidad de mezclar dosis de la vacuna AstraZeneca y Pfizer contra el coronavirus, por lo que incluirá en un nuevo ensayo a las producidas por Moderna y Novavax.
La capacidad de mezclar y combinar vacunas podría hacer que los programas de vacunación sean más flexibles, lo que aceleraría el proceso y reduciría el impacto de cualquier interrupción de la cadena de suministro.
Varios países limitaron el uso de la vacuna de Oxford tras detectarse una incidencia muy rara de trastornos de coágulos sanguíneos, mientras que Estados Unidos también suspendió el uso del fármaco Johnson & Johnson luego que se produjeran seis casos de coágulos de sangre en mujeres de entre 18 y 48 años.
Para el estudio de combinación de vacunas, la Universidad de Oxford lanzó la convocatoria para reclutar mayores de 50 años que hayan recibido su primera dosis en las últimas ocho a 12 semanas.
Informó que los voluntarios que ya hayan recibido una dosis de AstraZeneca o Pfizer serán asignados al azar para recibir la misma vacuna para su segunda inyección o una dosis de las de Moderna o Novavax.
Matthew Snape, profesor asociado de pediatría y vacunación en la Universidad de Oxford e investigador principal del ensayo, dijo que “el enfoque tanto de este estudio como del original Com-Cov es explorar si las múltiples vacunas contra el coronavirus que están disponibles se pueden usar de manera más flexible, con diferentes fármacos para la primera y la segunda dosis».
“Si podemos demostrar que estos esquemas mixtos generan una respuesta inmune que es tan buena como los esquemas estándar y sin un aumento significativo en las reacciones a la vacuna, esto potencialmente permitirá que más personas completen su ciclo de inmunización contra el virus más rápidamente», agregó.
Snape explicó que esa combinación de vacunas aportaría mayor flexibilidad dentro del sistema en caso de un déficit en la disponibilidad de cualquiera de las dosis en uso.
La vacuna del laboratorio estadounidense Moderna comenzó a implementarse en todo el Reino Unido, mientras que Novavax, fabricada por GlaxoSmithKline (GSK), está siendo revisada por la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios británica (MHRA).
Si el estudio muestra resultados prometedores, la MHRA y el Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización (JCVI) evaluarían formalmente la seguridad y eficacia de cualquier nuevo régimen de vacunación antes de que se aplique a las personas.
Snape dijo que se espera que los resultados de la segunda parte del estudio estén disponibles en junio o julio, aunque la primera parte del informe se conocería en mayo.
“Lo que espero es que no descartemos ninguna combinación. Así es como debemos verlo: ¿hay alguna combinación que no deberíamos dar porque no generan una buena respuesta inmune?. Espero que ese no sea el caso», dijo el investigador en una conferencia de prensa.
Mientras tanto, Francia anunció que ofrecerá una segunda dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna a los pacientes menores de 55 años que recibieron una primera dosis de AstraZeneca, tras haber recomendado no inyectar esta última a ese grupo de edad por los riesgos de sufrir trombos.