Economía

La UIA pide medidas «más profundas, contundentes y automáticas»


Diego Cotaz, director ejecutivo de la Unión Industrial Argentina, dejó en claro los problemas que tienen las fábricas para poder obtener los créditos al 24% que impulsó el Banco Central

El director Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), Diego Coatz, advirtió que el 80% de las empresas del sector fabril no lograron acceder a las líneas de crédito al 24% que impulsó el Banco Central y afirmó que de cara al corto plazo será necesario encarar «nuevas medidas que tendrán que ser más profundas, contundentes y automáticas».

El Economista Jefe de la principal gremial empresaria industrial del país, en una entrevista con Télam, entendió que el auxilio estatal a las empresas «sería más eficaz si las medidas fuesen lo más universales posible y la segmentación fuese excepcional» y planteó que hay que empezar a «contar con «capital de trabajo» para que retomen la actividad una vez que pase la pandemia.

En otras definiciones, Coatz dijo respecto al nivel de emisión monetaria para enfrentar la coyuntura que «si no hay errores en la política monetaria no deberíamos tener aceleración inflacionaria», y que para sobrellevar los problemas de brecha cambiaria será importante «construir un mercado de ahorro en moneda local que sea sustentable en el largo plazo».

—¿Cómo evalúan desde la UIA las medidas de asistencia a las empresas anunciadas por el Gobierno nacional en el marco de la pandemia y cómo consideran se está realizando su implementación?

—La crisis es muy dinámica, porque a diferencia de otras crisis económicas, ésta se mueve al ritmo de lo va pasa en la cuestión sanitaria. Las medidas que se ha tomado hasta ahora van en la dirección correcta, pero posiblemente tenga que haber nuevas medidas en la misma dirección pero que tendrán que ser más profundas, contundentes y automáticas, si lo que se quiere cumplir es el objetivo de mantener viva a la economía. Entendemos que la implementación sería más eficaz si las medidas fuesen lo más universales posible y la segmentación fuese excepcional. Por ejemplo en la cuestión del acceso al crédito, en la UIA hicimos una encuesta que mostró que el 80% de las empresas, chicas o grandes, no pudieron acceder a las líneas que dispuso el Central. La crisis no segmenta; la respuesta tampoco tiene que hacerlo.

—¿Qué medidas adicionales prioritarias está requiriendo la industria a corto y mediano plazo?

—El objetivo es que todas las empresas puedan sostener el empleo y pagar los sueldos en lo inmediato. Y además, para cuidar el empleo va a hacer falta dar capital de trabajo a las empresas para que retomen la actividad una vez que pase la pandemia. Otro dato de nuestra encuesta en ese sentido: el 75% de las empresas tuvieron cheques rechazados, y el 31% de las empresas tienen más del 30% de rechazos. Recuperar eso va a requerir un esfuerzo mayor del Estado (del Tesoro y el BCRA) en términos de garantías para que el sistema financiero no tenga más excusas para no asistir a la economía real.

—Hay un debate en pleno desarrollo sobre el alcance del aislamiento y las restricciones a distintos sectores productivos, comerciales y de servicios ¿Cuál es el camino de regreso a la normalidad que considera el sector industrial?

—El camino es ir abriendo gradualmente y de manera radial actividades, sobre todo aquellas cadenas que tengan demanda de exportaciones, tengan que recuperar stocks para abastecer a sectores esenciales. En el sector industrial, además, se suman dos factores que facilitan ese camino hacia una nueva normalidad. Por un lado, la mayoría de los 1,1 millones de trabajadores formales del sector industrial pueden llegar a sus puestos sin usar el transporte público, a través de una logística de transporte que, bien planificado, pueden hacerse articulado con las empresas. Por el otro, en las plantas industriales hay desde siempre protocolos establecidos de seguridad e higiene, que se pueden adaptar de manera eficiente a la nueva situación del Covid-19. Con eso, la industria puede volver a la actividad cuidando la salud a partir de un trabajo de planificación público-privado adecuado.

—Si bien la emisión se plantea como casi exclusiva fuente de recursos para asistir a la economía, ¿Preocupa un posible efecto inflacionario? ¿Es manejable en estas circunstancias de excepción?

—Primero, y en línea con el planteo anterior, es importante que se vaya reanudando la actividad allí donde ya es posible y seguro en términos sanitarios, de esta forma se va a necesitar menor ayuda por parte del Estado. Después, sobre la discusión monetaria, en un contexto donde la caída de la actividad va a generar superávit comercial por una mayor caída de las importaciones y no debería haber presión sobre el tipo de cambio y por ende la presión inflacionaria se debería poder controlar. Sí es importante mantener a raya la brecha y eso se hace cuidando las alternativas de ahorro en pesos, que no puede ser descuidada como vimos en los últimos días y ahora se intenta corregir. Si no hay errores en la política monetaria no deberíamos tener aceleración inflacionaria.

—¿Y en cuanto al comportamiento del dólar, es maniobra especulativa o reflejo de la situación económica? ¿Hay una tensión cambiaria real o especulativa? y cómo se sobrelleva…

—Tiendo a pensar que el interés es la medida de la acción. Si el ahorro en pesos no es negocio y uno piensa que no va a ser negocio en el futuro, entonces el que tiene pesos va al dólar. Eso es ciencia exacta más que acción psicológica. Cuando pasan estas cosas es cuando emergen las cuentas pendientes que tenemos en el país: construir un mercado de ahorro en moneda local que sea sustentable en el largo plazo y, también con mirada de largo plazo, tener una política industrial. Ambas se retroalimentan en que permiten al país ahorrar y generar divisas, que es lo que históricamente nos falta para crecer.

—El empleo industrial ya venía particularmente golpeado en los últimos años ¿Cómo se sostiene en las actuales circunstancias? A pesar del apoyo del Estado ¿ Es necesario plantear discusiones con los gremios para avanzar en rebajas salariales y suspensiones consensuadas como empiezan a registrarse?

—Lo principal es sostener el empleo. La magnitud y el dinamismo de la crisis hace que no haya fórmulas únicas en cada sector, y que cada uno esté buscando la mejor manera de hacerlo. En muchos casos se están dando acuerdos, y donde no hay es importante que intervenga el Estado para sostener tanto al empleo como a las empresas, sobre todo en un contexto en el que están prohibidos los despidos y carecemos de un seguro de desempleo consolidado que pueda contener al desempleo eventual que genere el freno económico.