El texto legal del nuevo tratado, que tiene más de 1.200 páginas, fue presentado hoy por el negociador europeo, Michel Barnier, a los embajadores de los veintisiete países que por primera vez en la historia fueron convocados a una reunión el día de Navidad.
Representantes de los 27 países que forman la Unión Europea (UE) comenzaron hoy a revisar los términos del acuerdo comercial alcanzado con el Reino Unido que empezaría a regir en 2021 y enviarán después a sus respectivos Parlamentos para que voten su aprobación.
La UE y Londres llegaron ayer a un acuerdo sobre su futura relación comercial para evitar un Brexit brusco que impacte en las economías golpeadas por el coronavirus, apenas días antes del plazo del 31 de diciembre que las partes se habían dado cuando el país salió del bloque, en enero pasado.
El texto legal del nuevo tratado, que tiene más de 1.200 páginas, fue presentado hoy por el negociador europeo, Michel Barnier, a los embajadores de los Veintisiete que por primera vez en la historia fueron convocados a una reunión el día de Navidad.
Ahora le corresponde a cada país iniciar una «revisión preliminar» de los borradores de los documentos de los diferentes acuerdos que forman este pacto y que debe aún ser traducido a todas las lenguas oficiales de la UE para que los 27 y la Eurocámara se pronuncien.
Este análisis llevará «algunos días» porque el conjunto del acuerdo comercial cuenta con 1.246 páginas de textos legales, detalló un portavoz de la presidencia alemana de la UE a través de Twitter.
En la reunión de embajadores se votó por unanimidad la carta que remitirán a la Eurocámara para informar de su intención de tomar una decisión para que el pacto, si recibe el visto bueno de las capitales, pueda entrar en vigor de manera «provisional».
Este histórico acuerdo comercial llega cuatro años y medio después del referéndum de 2016 en el que los británicos decidieron por 52% de los votos poner fin a casi cinco décadas de una tensa relación con la UE y convertirse en el primer país que abandona el bloque.
Aquella votación dividió a la población y a sus políticos. Provocó la dimisión, primero, del primer ministro conservador David Cameron y, después, de su sucesora Theresa May.
El pacto finalmente será menos ambicioso de lo que la UE aspiraba, pero permitirá una relación comercial sin cuotas ni tarifas a condición de que Londres asuma reglas igualitarias en materia de competencia y otras salvaguardas.
La negociación contra reloj se concentró en las últimas semanas en las diferencias en materia pesquera, una cuestión de poco peso económico pero importante en lo político y en lo simbólico, ya que ponía en juego el apoyo de las comunidades costeras y parte de su soberanía.