General Mills, una de las empresas alimenticias más importantes del mundo, negocia la venta de sus operaciones en Argentina. Se trata de los dueños de La Salteña, que desembarcó en el país en 1995 y que, debido a los malos resultados económicos y la caída del consumo, planean abandonar el mercado local.
La empresa viene manteniendo conversaciones con otras para ceder el control sobre la emblemática marca de tapas para empanadas y pastas frescas y secas que fabrica en su planta ubicada en la localidad bonaerense de Burzaco, inaugurada en 2011 con un acto de la ex presidenta Cristina Fernández. En el establecimiento trabajan cerca de 500 personas.
La intensión es vender la planta y ceder el control de la marca. La fábrica tiene una superficie de 20.000 metros cuadrados y al inaugurarse en 2011, su capacidad de producción era de 200 millones de unidades al año de las cuales preveía exportar el 90% a más de 52 países.
La empresa estadounidense está ubicada sexta en el ranking global de empresas alimenticias con la venta de sus productos en más de 100 países y con marcas reconocidas a nivel internacional. Si bien aducen una crisis producto de la recesión durante el primer semestre del 2018 la alimenticia facturó 8.505 millones de dólares, un 6.7% más que en el mismo período del año anterior. Mientras en el segundo semestre 4.411 millones de dólares, quedando así con un beneficio neto de 343,4 millones de dólares, según admitió Jeff Harmening, presidente de la firma.
Además de La Salteña, General Mills tiene marcas con importantes ventas en distintos países como Cheerios, la harina Gold Medal, primera en ventas en los Estados unidos, o los helados Häagen-Dazs o los yugures Yoplait, los alimentos naturales Nature Valley y Pillsbury, entre otras.