Argentina hizo historia en Francia. Tras igualar 0 a 0 con Japón, una gran potencia del fútbol femenino, consiguió de esa manera sumar su primer punto en mundiales. Con presencia rosarina, el seleccionado de Carlos Borrello se ilusiona para lo que viene.
«Estaba tranquila», asegura Vanina Correa, y las fotos del partido reafirman sus palabras: rostro sereno, palma hacia abajo, transmitiendo la gran experiencia que ha acumulado desde su debut en la selección, allá por 2003. La arquera de Central le brindó una entrevista al sitio oficial de la Asociación del Fútbol Argentino.
«No recuerdo haber estado así en los mundiales anteriores. Sabíamos que íbamos para recibir una cachetada. Ayer tenía una sensación diferente… Quizás antes lo vivía de otra manera por ser demasiado autoexigente. Sigo exigiéndome, pero soy más grande y estoy más relajada», indicó la golera canalla.
Desde la última experiencia mundialista de Argentina, y también de Vanina, han pasado 12 años. Entre tantos otros cambios, la arquera se ha convertido en madre de mellizos, aunque aclara con una sonrisa que no sabe aún «si vieron el partido. No les gusta mucho el fútbol, si lo miraron es porque los convencieron de que su mamá iba a salir en la televisión».
Tras su cotejo internacional oficial número 31, Correa afirmó: «Disfruté el partido. Al principio respiraba hondo, pero a medida que fue pasando el tiempo vi cómo nos estábamos moviendo y me tranquilicé. Más allá del resultado, mis compañeras estaban dejando todo en la cancha».
Esa entrega fue clave para conseguir el primer punto para la Albiceleste en la historia de los mundiales femeninos FIFA. Además, Correa ha logrado dejar el arco argentino en cero, otro hecho inédito para la selección femenina: «No sé si el registro en particular me general algo, pero sí haberlo hecho ante Japón. Igualar con un equipo campeón y subcampeón del mundo, jugando de la forma que lo hicimos es único”.
“Sabíamos que no podíamos plantarnos de igual a igual, pero ellas no pudieron superarnos: si bien llegaron al arco, no tuvieron las jugadas claras con las que suelen contar en competencias de este tipo. Me quedo con eso: con un resultado histórico por ser el primer punto que se obtiene en un Mundial Femenino», deslizó.
Para dimensionar la importancia de haber finalizado sin goles en contra, basta un dato: Japón ha convertido tantos en cada uno de los últimos diez partidos que ha disputado en una Copa del Mundo. ¿Cuándo fue la última vez que no pudo abrir el marcador? En 2011, al caer 2-0 ante Inglaterra en la última fecha de la fase de grupos. Luego, el conjunto nipón se coronaría campeón.
El semblante serio de Correa se transformó con el final del encuentro: «Cuando sonó el silbato no sabía qué había pasado. ‘¿Qué cobró? ¿Falta?’ El llanto fue como una descarga por todo lo que vivimos antes: por los anteriores mundiales en los que nos había ido muy mal, por todo lo que dejamos para poder estar acá… Se me vinieron muchas cosas a la cabeza. Pero las lágrimas también eran de alegría. Creo que todavía no caemos en la cuenta de lo que hicimos».
Por último, la arquera valoró la repercusión que ha tenido este empate: «Quizás estando tan lejos cuesta darse cuenta y nos enteramos más que nada por las redes sociales. Estamos todos luchando para eso: para dejar de lado eso de masculino o femenino, que sea solamente fútbol. Hoy vemos un montón de gente que nos sigue, que nos apoya, y la verdad que es muy lindo».