Opinión

La resistencia a los antimicrobianos, un problema silencioso que debemos frenar


El mundo se enfrenta a una creciente amenaza a la salud pública que, de manera silenciosa, pone en riesgo un siglo de progreso sanitario y socava las bases de la medicina moderna

Por Eva Jané Llopis, representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Argentina.

El mundo se enfrenta a una creciente amenaza a la salud pública que, de manera silenciosa, pone en riesgo un siglo de progreso sanitario y socava las bases de la medicina moderna: la resistencia a los antimicrobianos (RAM).

La resistencia a los antimicrobianos consiste en el aumento de la resistencia de los microorganismos (bacterias, hongos, virus y parásitos) a los medicamentos utilizados para su tratamiento. Los microorganismos comienzan a no responder a los medicamentos y las infecciones se vuelven más difíciles de tratar, aumentando el riesgo de propagación de enfermedades y sus consecuencias.

Se estima que alrededor de 700.000 personas mueren en el mundo a causa de la resistencia antimicrobiana. Si no se interviene, el número de muertes mundiales por este problema podrá llegar a 10 millones de personas anuales hacia 2050, más de lo que se espera para otras enfermedades.

Aunque el aumento de la resistencia se produce de manera natural a través de cambios genéticos, el proceso se amplifica por el uso inadecuado de los antimicrobianos en salud humana, animal y ambiental. Puede ser que no lo advirtamos fácilmente, pero esto tiene efectos en nuestra vida cotidiana, por ejemplo, los medicamentos comienzan a no responder adecuadamente. De a poco, dejan de ser tan efectivos como solían serlo.

Durante la pandemia, la situación se agravó a raíz del uso intensivo de medicamentos para tratar infecciones en personas con Covid 19. Ello contribuyó al aumento de las infecciones con microorganismos resistentes y está causando el incremento de los mecanismos de resistencia. Por otra parte, la pandemia también puso en evidencia la importancia de preservar la sanidad en el ambiente para evitar el salto de enfermedades de animales hacia los humanos, inclusive de los animales de compañía con los que convivimos diariamente.

Abordar este problema debe ser una prioridad en nuestros países. Desde la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) estamos liderando la respuesta desde la perspectiva de Una Salud, un enfoque que integra los aspectos de salud humana, animal y ambiental desde acciones multidisciplinarias y multisectoriales inteligentes y costo efectivas que permiten obtener mejores resultados.

En Una Salud trabajamos de manera articulada con diferentes actores especializados en todos los aspectos que involucra la resistencia a los antimicrobianos. En Argentina, acompañamos numerosas iniciativas que dan cuenta de los esfuerzos y el liderazgo del país por responder a la RAM bajo un enfoque integral (que abarca el diagnóstico, la vigilancia, la formación, la transferencia metodológica, la investigación y la gestión de la información en los sectores de salud humana y veterinaria, y producción agrícola).

Cada año, entre el 18 y 24 de noviembre, se lleva adelante la Semana Mundial de Concientización sobre el Uso de los Antimicrobianos. Es una oportunidad para visibilizar y tomar conciencia sobre la magnitud de este problema y el impacto que puede causar en la salud humana. Este año su lema es «Corré la voz, frená la resistencia a los antimicrobianos».

Solo lograremos frenarla si fomentamos el uso responsable de antimicrobianos en todos los sectores: la salud humana, la salud veterinaria y la producción agrícola. Esto implica tomar decisiones cotidianas que van desde lo más sencillo -como puede ser el uso responsable de medicamentos según prescripción médica- hasta pautas más complejas de gestión sanitaria y producción agrícola responsables -como puede ser el control eficiente de infecciones o la manipulación adecuada de alimentos para consumo humano o animal.

Tenemos Una Salud y tenemos un desafío. Todas y cada una de las personas cumplimos un rol para evitar la aparición y propagación de infecciones resistentes a los antimicrobianos. De no hacerlo, corremos el riesgo de que logros históricos en materia de salud pública se vean afectados.