Según indicó el Presidente, el reordenamiento permitirá tener “más tribunales, fiscalías, defensorías y tribunales orales”
El presidente Alberto Fernández confirmó que en los próximos días ingresará al Congreso la reforma judicial, iniciativa que implicará «un reordenamiento de todo el sistema de la Justicia Federal».
Según explicó el mandatario, el reordenamiento «va mucho más allá de (los tribunales de) Comodoro Py», y permitirá tener «más tribunales, más fiscalías, más defensorías, más tribunales orales».
«En la Ciudad de Buenos Aires, como consecuencia del cambio de Capital Federal a la Ciudad Autónoma, lo que se llaman competencias ordinarias deben pasar a la Ciudad de Buenos Aires y yo me propuse hacer un reordenamiento de todo el sistema de la Justicia Federal. Un reordenamiento que va mucho más allá de Comodoro Py. Es un cambio en toda la justicia federal nacional con el propósito de que eso funcione bien», explicó.
En una entrevista con Página 12, adelantó que se trata de un proyecto «tan ambicioso como necesario porque la justicia federal se ha exhibido ante nosotros con un funcionamiento defectuoso».
«Es una ley muy ambiciosa que implica reconstruir el fuero federal y además avanzar en el traspaso de la justicia ordinaria a la justicia de la Ciudad, que es algo que está pendiente», insistió.
En este marco, Fernández le apuntó a la Corte Suprema y se preguntó si para lograr un mejor funcionamiento debería ampliarse o no la cantidad de jueces o dividirlos en salas.
También puso un signo de interrogación acerca de posibles cambios en el Consejo de la Magistratura y en el Ministerio Público, en tanto que deslizó la posibilidad de poner en marcha de «una vez por todas» el juicio por jurados.
«Todo eso va a ser objeto de análisis en un consejo que me asesore durante 60 días», reveló.
Consultado por su opinión sobre el juicio por jurados, confesó que era muy «resistente» a su aplicación, pero reconoció que la experiencia le fue demostrando que «los jueces también son muy influidos por los medios y por el contexto», en tanto que «es mucho más difícil influir a doce personas que a una».
Por último, dijo que es proclive a revisar la figura del arrepentido, ley con la que afirmó no haber estado «nunca de acuerdo».
«El concepto del arrepentido es en el Derecho Penal el confeso. No hacía falta crear una figura del arrepentimiento. Hay gente que genuinamente se arrepiente y confiesa su delito. El sistema del arrepentido puede generar una enorme perversión de incentivar a alguien a decir lo que no ocurre tan solo para poder sentirse liberado», advirtió.