En el Día del Psicólogo, CLG dialogó con la licenciada rosarina María Silvina Encina, quien habló sobre la profesión y sobre el importante rol que tomaron dichos profesionales durante la cuarentena
Como cada 13 de octubre desde 1974, este martes se celebra el Día del Psicólogo en el país. Cada año se les da el merecido reconocimiento a los profesionales de la salud que ejercen esta profesión, pero en esta ocasión la labor que realizan ha tomado una mayor relevancia teniendo en cuenta el contexto de pandemia y cuarentena que ha atravesado la sociedad durante los últimos siete meses. En este contexto, CLG dialogó con la psicóloga rosarina María Silvina Encina, quien habló sobre el presente de la profesión, el estigma sobre el paciente y el «cambio en el paradigma» en las intervenciones ante la pandemia.
En primer lugar, la especialista se refirió a la actualidad de la profesión y el momento que atraviesan los profesionales: «Creo que la profesión está en un buen momento, obviamente ahora está muy demandada. La carrera de psicología de la UNR tiene anualmente ingresos multitudinarios de estudiantes y en esto va la vocación de cada uno de querer estudiarla. Esa pasión por el arte de entender la complejidad del ser humano que es muy particular».
Al ser consultada sobre si cree que la piscología está suficientemente valorada en la comunidad, expresó: «Me parece que ha habido una ganancia, ya es prácticamente indiscutida la profesión y dentro de la misma la especialidad del psicólogo. Lo que se conmemora el 13 de octubre hace alusión al primer encuentro entre psicólogos y estudiantes donde lo que se buscaba era esto mismo, la identidad del psicólogo, redefinir quiénes éramos y de dónde veníamos. Era fundamental, sobre todo porque la profesión estaba muy ligada a la psiquiatría o a la filosofía, esa identidad de la profesión ya no está en discusión».
«Nosotros estamos para acompañar el proceso de no saber aquello que causa malestar o sufrimiento al paciente. Por muchos momentos es un lugar de incomodidad porque uno se encuentra con lugares desconocidos y muy profundos, donde el paciente es quien dice no saber qué le sucede. Hay una confianza en un terapeuta al que uno le delega ese lugar de guía en este aprendizaje de gestión de emociones», profundizó.
Por otro lado, Encina opinó sobre si aún existe cierto temor a ir a terapia por la estigmatización que había sobre el paciente: «Si bien hay alguna resistencia al tratamiento, creo que no es la mayoría de los casos. Tiene que haber un deseo genuino de querer llegar al psicólogo y uno llega cuando tiene situaciones muy personales que son lo suficientemente dolorosas o pesadas para sostenerlas. Uno llega cuando esas situaciones están muy presentes en nuestra vida».
Una profesión vital durante la pandemia
Los primeros meses de pandemia implicaron un importante nivel de encierro, en el que la gran mayoría estaba confinado en sus hogares. Dicha situación generó cuadros de angustia, depresión y ansiedad en numerosas personas, y en ese sentido los psicólogos demostraron ser cruciales al momento de palear los efectos de la pandemia en la salud mental: «En lo que es pandemia estamos en una situación inédita y cambiante. Estamos con un virus nuevo que continuamente nos plantea dudas que se puede ir aclarando, pero mientras tanto es incertidumbre y el impacto no es sólo en lo sanitario, sino también en lo económico y social, por eso el rol del psicólogo ahora es de mayor protagonismo», indicó Encina.
«En este momento hay estados emocionales que afloran y en el consultorio se ve la mayor demanda. Los motivos son estados emocionales que tienen que ver con mayores casos de depresión y ansiedad, son las dos emociones más fuertes en este momento», añadió.
Al momento de explicar las causas de estos cuadros depresivos, la especialista señaló: «Son producto de proyectos que no se han concretado durante este año: vacaciones programadas que no se pueden resolver, la compra de una propiedad que se hace inaccesible y demás. Estas cosas generan este estado de depresión y ahí es donde intervenimos».
Además, se refirió a la ansiedad, una constante de la cuarentena: «La ansiedad comunica amenaza, presente en un momento de incertidumbre porque no podemos controlar ninguna situación. Siempre hay que ver la intensidad y frecuencia para saber si hay un trastorno de ansiedad. Tratamos de decirles a los pacientes que no se anticipen, que no estén tan pendientes de las noticias sobre la vacuna, porque ir mucho hacia adelante genera ansiedad».
«Es verdad que en nuestra profesión ha habido un cambio en el paradigma en cuanto a las estrategias de intervención. La idea es que el paciente de a poco empiece a aceptar y tomar esta situación de malestar y a convivir con la emoción. También se nota mucha falta de sueño e irritabilidad», señaló.
Por último, en su día, la psicóloga rosarina concluyó: «Nuestra intervención es desde lo subjetivo, desde lo que trae cada paciente al consultorio. Obviamente siempre vamos a tratar de encontrarle un sentido a lo nuevo, siempre hay una oportunidad que se puede abrir. Hay posibilidades de trabajar desde este lugar, aún desde una pandemia. Tener un proyecto, que puede ser familiar o compartido, lo que va a mejorar la calidad de vida y los vínculos familiares y laborales».
¿Por qué el 13 de octubre?
Desde 1974 cada 13 de octubre profesionales de la salud celebran el día del Psicólogo y de la Psicóloga. Dicha fecha se instituyó después del Primer Encuentro Nacional de psicólogos y estudiantes que se realizó en Córdoba, donde unieron fuerzas en defensa de la psicología como campo disciplinar específico, considerada como ciencia y profesión.
El encuentro fue convocado por la Confederación de Psicólogos de República Argentina (Copra). Esta organización, primera manifestación orgánica de los profesionales psicólogos, se había constituido a fines del año anterior y estaba integrada en sus comienzos por representantes de las asociaciones de psicólogos de Capital Federal, Córdoba, La Plata y San Luis y miembros provenientes de otros puntos del país donde aún se encontraban en proceso de constitución las respectivas organizaciones gremiales.
El 13 de octubre de 1974 se estableció entonces el Día Nacional del Psicólogo, como modo de reivindicar esa lucha, frente a la disposición del Ministerio de Salud de la Nación, que había propuesto el Servicio Nacional Integral de Salud (SNIS), un proyecto que reconocía en el ámbito de la salud a los médicos, enfermeros, kinesiólogos y fonoaudiólogos, pero no a los psicólogos.