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La provincia de Buenos Aires inició un proceso para ser un distrito «libre de manicomios»


El programa implica la reconversión de sus cuatro hospitales neuropsiquiátricos, que alojan a más de 1.600 pacientes, en instituciones sanitarias abiertas a la comunidad, con áreas culturales, recreativas y productivas

 

En coincidencia con el Día de los Derechos Humanos, la provincia de Buenos Aires anunció el pasado 10 de diciembre el inicio de un proceso de reconversión con miras a convertirse en un distrito «libre de manicomios» en un plazo de tres años, una medida considerada «histórica» por especialistas de la sociedad civil que aguardan con expectativa su replicación en otros distritos.

«En donde había sobrevida, va a haber vida», aseguró el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, al respecto.

El programa implica la reconversión de sus cuatro hospitales neuropsiquiátricos -que alojan a más de 1.600 pacientes-, en instituciones sanitarias abiertas a la comunidad, con áreas culturales, recreativas y productivas; en concordancia con lo que establecen la ley nacional y provincial de salud mental.

También se anunció la creación de una comisión interministerial de salud mental en Jefatura de Gabinete de Ministros, el cierre del ingreso de pacientes a los pabellones de larga estadía y herramientas digitales para relevar y monitorear el cambio propuesto en los hospitales.

Actualmente, permanecen internados 1.610 pacientes en los cuatro hospitales monovalentes de salud mental –Estéves, Alejandro Korn, Cabred y Taraborelli- y 43% de ellos tiene como mínimo diez años de internación.

«Quienes trabajamos en el campo de la salud mental estamos muy expectantes sobre este anuncio porque esta decisión política de la provincia es un acontecimiento histórico muy importante», dijo a Télam la presidenta de la asociación civil Movida de Locos, Elena García.

Los cuatro proyectos de readecuación de los hospitales neuropsiquiátricos fueron aprobados y se está trabajando de forma interministerial para poner en marcha la conversión.

Los planes de adecuación están proyectados a tres años prorrogables por dos años más, con debida justificación.

«Esperamos que se cumplan los plazos previstos y ojalá que se tome como referencia para todo el país», agregó García.

La trabajadora social enfatizó además que los manicomios «tienen que desaparecer» en todo el país «como modelo de atención», pero en paralelo deben «crearse los dispositivos necesarios para que haya una real sustitución» por una red de atención comunitaria.

«Lo que se haga para la refuncionalización depende de las particularidades de cada lugar pero lo que no tenemos que permitir es que se hagan mega espacios inmobiliarios, y sí espacios de recuperación de la memoria y refuncionalizados en espacios productivos, que sean de uso para toda la población y dejen de ser lugares de tortura y encierro», concluyó.