Es la mayor caída desde que se empezaron a registrar datos, en el año 2002, producto de los efectos de la pandemia de coronavirus
La producción industrial de Brasil se desplomó 27,2% en abril frente al mismo mes del año pasado, la mayor caída desde que se empezaron a registrar datos en 2002, debido a los efectos de la pandemia de coronavirus, de acuerdo con datos oficiales.
La actividad de las industrias brasileñas cayó 18,8% en abril respecto del mes anterior, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en un comunicado.
La caída registrada en abril es la más fuerte en 18 años, y supone además el segundo resultado negativo consecutivo en la comparación con el mes anterior, lo que deja una pérdida bimestral del 26,1%.
«Marzo ya había mostrado un resultado negativo. Ahora, en abril, vemos un agravamiento, con caídas de magnitudes históricas, de dos dígitos, en todas las categorías económicas», señaló el gerente de investigación del IBGE, Andre Macedo.
El sector industrial se retrajo 8,2% en los cuatro primeros meses de 2020, y acumula un descenso interanual de 2,9%, indicó la agencia de noticias EFE.
«Se observa una clara disminución del ritmo de producción por cuenta de la influencia de los efectos del aislamiento social, en función de la pandemia de Covid-19, y que afectó al proceso de producción de varias unidades productivas en el país», detalló el informe.
El sector automovilístico fue el más golpeado al desplomarse 92,1% en abril respecto del mismo mes de 2019.
También presentaron fuertes descensos los ramos de ropa y accesorios (-64,9%), bebidas (-50,7%), máquinas y equipamientos (-41,3%), metalurgia (-33,7%) e informática (-43,8%), entre otros.
Por otro lado, cuatro industrias registraron resultados positivos: extractivas (10,1%), productos alimentaciones (6%), productos de limpieza e higiene personal (4,9%) y celulosa (1%).
Según la última previsión del mercado financiero, el Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil caerá 6,25% en 2020, impactado por la pandemia de coronavirus.
La histórica recesión a la que se encamina la economía brasileña empezó a sentirse ya en el primer trimestre, cuando se contrajo 1,5% frente a los últimos tres meses de 2019.