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#DíaDelBibliotecario

La «Pocho Lepratti», una biblioteca popular que va más allá de los libros


La institución está conformada por personas con la convicción de transformar la vida de quienes sufren la exclusión social

 

Por Gonzalo Santamaría

En Argentina cada 13 de septiembre se celebra el día del Bibliotecario, en conmemoración de la apertura de la Biblioteca Pública de Buenos Aires en 1810. Fue aprobado mediante un decreto en 1954, doce años después de que el Congreso de Bibliotecarios Argentinos se reuniera en Santiago del Estero para sancionar la fecha.

En la «Gaceta de Buenos Aires» del 13 de septiembre de 1810, apareció un artículo titulado “Educación”, firmado por Mariano Moreno, en el que informaba sobre la creación por la Junta de Mayo de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy Biblioteca Nacional y de los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de la República.

Mucho tiempo ha pasado desde aquel 1810 y el trabajo de las bibliotecas ha ido mutando. Públicas, privadas y populares, todas ellas intentan acercar la lectura a la comunidad.

En Argentina éstas últimas, las Bibliotecas Populares, marcan el ritmo de las periferias de las grandes ciudades. Más de 2.000 espacios en todo el territorio nacional componen La Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). En Rosario, se trata de 34 establecimientos.

Hace 17 años, en el barrio Tablada surgía la Biblioteca Popular “Pocho Lepratti”, iniciativa de vecinos y amigos del maestro asesinado el 19 de diciembre de 2001 en el marco de la represión policial que se vivía el país por ese entonces.

Sede de Chacabuco 3085

La Biblioteca se presenta como un ámbito socio-cultural y educativo para el desarrollo y diseño de políticas de acción social dedicado a aquellos sectores de la comunidad, que exigen el pleno reconocimiento de sus derechos sociales y ciudadanos.

CLG dialogó con uno de sus fundadores y actual presidente, Carlos Núñez, que contó cómo avanzó el trabajo con los años, que ya va mucho más allá que las estanterías.

Núñez vio el desarrollo del espacio que inauguró allá por octubre de 2002, tan sólo 10 meses después del fallecimiento de Claudio Lepratti. “Son muy cambiantes las políticas públicas relacionadas a las bibliotecas, hoy estamos corridos del eje”, expresó en sus primeras palabras.

Carlos Nuñez, presidente de la Biblioteca Pocho Lepratti

Esta biblioteca es mucho más que un salón donde se pueden solicitar libros. Con la habilitación como Asociación Civil además ha podido implementar otros proyectos.

Cada biblioteca tiene su particularidad”, sostuvo el presidente, quien recordó que en sus comienzos eran apenas 10 personas y ahora ya son más de 40.

El referente de la biblioteca marcó como un “proceso muy largo” la formación de la colección que posee la misma y destacó el trabajo de la Conabip para presentar promociones de compra que alcanzaban hasta un 50% de descuento. “Eso hace que podamos comprar libros que nos parecían lo más acertados para nuestro proyecto”, explicó a CLG.

La bibliografía con la que cuentan apunta a la educación popular, comunicación barrial y popular y a cuestiones como las ciencias sociales y el trabajo social en la infancia, además de las clásicas novelas o libros de literatura infantil.

La Pocho Lepratti comenzó con 200 libros y en este 2019 supera los 20.000, pero sin lugar a dudas el que se destaca dentro de los miles es el realizado con producción propia: “El Pocho Vive”.

Así lo expuso Núñez: “Es el que más apreciamos, es un libro colectivo del 2004, hicimos cuatro ediciones más”. El mismo fue presentado junto a la hermana (Celeste) y a compañeros de Pocho, recorriendo distintas bibliotecas, centros culturales y también en el exterior.

En los comienzos, la Biblioteca tenía su sede en Virasoro 39 bis y en 2017, con la ayuda estatal, pudieron inaugurar en Chacabuco 3085 el nuevo inmueble, que nació como un reconocimiento pero, como advirtió el presidente, “es sostener los valores, la forma de trabajar con niños y jóvenes”.

Somos también integrantes de un proyecto colectivo que infunda los valores del Pocho”, completó.

En el final de la charla, Carlos Núñez definió lo que para él significa la Biblioteca Popular de “Pocho Lepratti”: “Una comunidad de aprendizaje donde todos los que participamos aprendemos”.

La contratapa de la Biblioteca

Además de los 20.000 libros con los que cuentan, en su primera y actual sede funciona la Asociación Civil, que cumple un rol social más que importante.

Un jardín de infantes, la radio comunitaria, talleres y actividades, además de cuatro grupos de jóvenes capacitándose laboralmente y convenios colectivos con el Ministerio de Trabajo. “Estamos por abrir una bebeteca”, agregó con mucha felicidad Núñez.

El trabajo con los jóvenes siempre se hizo”, manifestó el directivo. De esta manera, le acercan a toda la población la posibilidad de terminar sus estudios o insertarse en el mundo laboral.

Primera sede en Virasoro 69 bis

El programa provincial “Nueva Oportunidad” tiene base allí y con cursos de sublimación, serigrafía, mosaiquismo y formación de actores comunitarios territoriales benefician a más de 60 chicos.

En la sede, que aún hoy conservan, de calle Virasoro, también se desarrollan grupos para el aprendizaje en panadería, tapicería y computación.

El apoyo escolar también se prevalece: “Nos contactamos con el programa «Vuelvo a Estudiar» o los E.E.M.P.A. de la zona para que ellos se sientan cerca y terminen la escuela”, sentenció Núñez.