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La pobreza de tiempo es la principal causa de la desigualdad de género en Argentina


Un informe señaló las limitaciones de las mujeres por dedicar una jornada laboral al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado

La pobreza de tiempo que sufren las mujeres es la principal causa que explica la desigualdad de género en el plano económico, por dedicar una jornada laboral al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (Tdcnr) que limita su acceso al mercado de trabajo.

Así se desprende del informe del Observatorio de Polìticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) sobre “Los números de la desigualdad de género en el mundo del trabajo y sus efectos en la distribución del ingreso”.

De acuerdo al trabajo, la principal causa que explica la desigualdad de género en el plano económico es la pobreza de tiempo que sufren las mujeres por dedicar una jornada laboral al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (Tdcnr), limitando su acceso al mercado de trabajo.

En este sentido, señalaron que a partir de los datos de la Encuesta Permanente a Hogares (Indec, 4to trimestre 2020), del total de personas que realizó tareas en el hogar, el 72,2% fueron mujeres y sólo el 27,8% varones.

En este marco, retomaron la metodología aplicada por la Dirección de Economía, Igualdad y Género (2020), para estimar la contribución del Tdcnr a la economía del país, la cual arrojó como resultados que en el cuarto trimestre de 2020 el Tdcnr representó el 20% del producto bruto interno, siendo el sector de mayor contribución a nuestra economía, seguido por la industria (11,7%) y el comercio (12,3%).

Asimismo, destacaron que para el mismo período, la brecha en la tasa de actividad y empleo entre mujeres y varones fue de 20,8 p.p. y 19,5 p.p., respectivamente.

En este escenario, sostienen que en el cuarto trimestre de 2020, para las mujeres la desocupación fue del 11,9%, y para aquellas que lograron acceder al mercado de trabajo lo hicieron en condiciones de mayor precariedad al registrarse mayores tasas de subocupación (18,0%) y empleo no registrado (32,9%) que los varones, marcando unas brechas de 1,7 p.p., 5,0 p.p. y 0,5 p.p., respectivamente.

Por otra parte, el informe puntualizó que las paredes de cristal concentran a las mujeres en actividades menos dinámicas y peor remuneradas, en su mayoría vinculadas al cuidado. En este sentido, en el cuarto trimestre de 2020, más de la mitad de las mujeres asalariadas (52,7%) que ingresaron al mercado laboral se dedicaron a actividades relacionadas al cuidado (servicio doméstico remunerado, educación y servicios sociales y de salud).

Estas actividades muestran altas tasas de feminización, en todos los casos superando el 70%, pero bajos niveles de actividad.