El titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación estuvo en la Universidad donde se desarrolla la vacuna Argenvac 221 contra el coronavirus
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza, visitó hoy la Universidad Nacional de La Plata y recorrió las instalaciones del laboratorio donde científicos de la casa de estudios desarrollan la vacuna Argenvac 221 contra el coronavirus.
Salvarezza, junto al presidente de la Universidad platense, Fernando Tauber, realizaron una recorrida por el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, el Conicet y la CIC, acompañados por los investigadores a cargo del proyecto de diseño y elaboración de la vacuna, Guillermo Docena y Omar Azzaroni.
«Argentina es el país de la región con más científicos por cantidad de habitantes. Es un país que ha demostrado ser capaz de producir reactores nucleares, hacer biotecnología vegetal, poner satélites en órbita, y cuya industria farmacéutica es capaz de trabajar en desafíos tan importantes como es la producción de vacunas», afirmó Salvarezza.
Sostuvo que «este es el gran punto de inflexión: si logramos generar una sociedad y una economía basadas en el conocimiento, vamos a estar entre las naciones que más desarrollo y bienestar le dan a sus habitantes».
«Toda la región tiene que ser capaz no solo de producir vacunas, algo que ya se está haciendo, sino también de diseñarlas. Nos falta ese paso, y estamos cerca de lograrlo con los proyectos vigentes, como el de La Plata, y también los del INTA y Unsam, entre los más avanzados», remarcó.
Por su parte, Tauber, destacó que «contar con un desarrollo propio de una vacuna en nuestras unidades de investigación nos llena de orgullo y ratifica nuestra política estratégica de consolidar un sistema científico universitario soberano, capaz de dar respuestas a las demandas más urgentes de los argentinos».
«Tenemos la convicción de que la Universidad tiene que ser una referencia a nivel nacional en materia de investigación y producción de vacunas. Por eso hoy estamos construyendo el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB), un complejo destinado a la investigación de zoonosis y desarrollo, producción pública y certificación de vacunas, de características únicas en la región», señaló el presidente de esa casa de altos estudios.
En los laboratorios de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, se conformó en marzo de 2020 el «Grupo COVID-Exactas» y a partir del trabajo conjunto y colaborativo que llevan adelante los grupos del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (Inifta), dependiente de la UNLP y el Conicet y del Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos (IIFP), se puso en marcha el proyecto de diseño y elaboración de una vacuna de origen nacional.
El desarrollo, como se indicó, es dirigido por Guillermo Docena, del IIFP y Omar Azzaroni, del Inifta, con la colaboraciones ya establecidas de Sebastián Cavalitto, del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (Cindefi), dependiente de la UNLP y Conicet, de Javier Santos del Grupo Anticovid de la UBA, y la participación del Alejandro Aiello, del Centro de Investigaciones Cardiovasculares (CIC -UNLP/CONICET).
Docena explicó que «en el caso particular de una vacuna contra el COVID-19 se diseñó una estrategia vacunal basada en el empleo de nanopartículas con fracciones proteicas provenientes del virus SARS-CoV-2».
«En un principio será empleado en una vacuna sistémica, pero también se está evaluando desarrollar vacunas mucosales», adelantó .
En la actualidad el desarrollo se encuentra en la etapa pre-clínica y se está optimizando el plan de vacunación en ratones de manera de llegar a un plan de vacunación con reacciones adversas mínimas y máxima inmunogenicidad.
Los investigadores adelantaron que: «se están ajustando diferentes variables de manera de generar los mecanismos efectores de protección deseados para llegar finalmente a los ensayos de desafío. En ellos se vacunarán los ratones y luego se evaluará si al exponerlos al virus vivo del SARS-CoV-2 los animales se enferman o no. Para esto debemos utilizar ratones especiales, genéticamente modificados y esperamos poder realizar estos ensayos durante el corriente año».
«Recién una vez superada esta etapa estaremos en condiciones de analizar la posibilidad de aplicar la vacuna en un ensayo clínico de fase 1, es decir en humanos», remarcaron los científicos de la UNLP.