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La pelota como excusa: generar oportunidades en contexto de encierro


En Trenque Lauquen funciona la fábrica "El Pase", formada por un grupo de internos de la Unidad Penitenciaria N° 20. Sus productos llegaron al Papa Francisco y a Lionel Messi. Conocé su historia

 

Por Gonzalo Santamaría

A pocos metros de la Ruta Nacional Nº 5, en la localidad de Trenque Lauquen, se encuentra la unidad penitenciaria Nº 20 de la Provincia de Buenos Aires. Allí continúa vigente uno de los oficios que quedó olvidado en el país. En este caso, lo realizan un un grupo de internos, acompañados por la pastoral de la unidad. Ellos fabrican pelotas.

Se trata de la Fábrica de Pelotas El Pase que desde hace más de tres años tomaron la aguja y el hilo para desarrollar el emprendimiento y que este año llegó a las manos de el papa Francisco y Lionel Messi.

Son doce personas, entre presos y chicos en situación de calle, que este año pudieron conformar una cooperativa y fabricar pelotas en cantidades que alcanzaron ya 25 clubes.

En Argentina hay más de 80.000 personas privadas de su libertad en unidades penitenciarias de distintos órdenes. De ese número se puede señalar que el promedio de los internos es argentino, joven, no posee estudios, ni sabe oficio y que es pobre.

A partir de ese punto, la pastoral de la Unidad 20 de Trenque Lauquen tomó esta problemática y comenzó a trabajar con los internos desde 2016, con el objetivo de facilitar así su reinserción (o ingreso) al mercado laboral. Este 2019 comenzaron a vender un promedio de 500 pelotas por mes.

CLG dialogó con Martín Herrero, el presidente de la cooperativa El Pase y miembro de la pastoral carcelaria, que contó cómo surgió la idea: “Nos reuníamos a hablar de valores y tratamos de instalar en ellos algo diferente para su vida, para que ellos tengan la posibilidad de discernir porque hasta ese momento ellos no han podido tomar un camino alternativo”.

Martín sostuvo que la cárcel sorprende a chicos y con el transcurso de su condena “van tomando decisiones” de cambio. «Piensan en ser otra cosa después de la salida”, explicó. La población carcelaria en Argentina se compone por un 96% de varones, de esos el 60% tiene menos de 34 años y casi el 70% sólo tiene la educación primaria.

“Si no se los acompaña adentro y afuera, por más decisión que tenga, la falta de oportunidades hacen que vuelvan a reincidir”, afirmó Herrero.

Por todo eso, la pastoral vio la oportunidad de enseñar un oficio como el de costurero de pelota y así darles una “salida definitiva”. El sistema de la cooperativa El Pase se solventa con la ley de salidas laborales los cuales le permiten al interno salir y trabajar para luego volver al encierro.

Herrero explicó el simple motivo: “Lo que hacemos es acompañarlos en un trabajo porque es difícil que haya empleadores que den trabajo, por eso generamos una empresa que los tome exclusivamente”.

Con la pelota como excusa, explicó el presidente de la cooperativa, los participantes intensifican sus aprendizajes en límites, valores, respeto, solidaridad, autoestima y así derribar barreras de prejuicios. “Es un tiempo limitado pero la idea es formarlo para que puedan trabajar”. Además reveló que ya hay convenios con empresas privadas para que tomen a estos trabajadores, que como sostiene Martín, “no hubieran tenido la oportunidad de llegar hasta allí”.

Por sobre todas las cosas, más que la pelota, hoy nos interesa el trabajo social con estos chicos que necesitan de una oportunidad”, completó.

Poco más del 42% de los detenidos en Argentina está trabajo y el 51% no tiene oficio específico, pero el número que realmente alarma es que el 76 de los condenados no pasó por una capacitación laboral antes de ingresar al penal.

EL PRODUCTO
“La pelota es de muy buena calidad”, sentenció Martín Herrero y agregó: “Hace tres años que estamos funcionando y te diría que desde este año logramos un buen producto y lo mejoramos”.

Asimismo, aseguró que el lugar donde producen “les queda chico” y manifestó: “Esperamos seguir vendiendo para mantener un proyecto donde los únicos beneficiados son la gente que trabaja”. También explicó que en El Pase no hay un “eslabón empresariado” que se queda con una diferencia o dinero.

En lo que va del año ya fabricaron 5.000 pelotas, pero sólo se pueden imponer de manera extraoficial ya que las empresas firman acuerdos corporativos con la liga de fútbol de la zona. “Nos compran para entrenamientos porque está al nivel y tiene un muy buen precio y calidad”, subrayó Martín.

Sin embargo, el pedido claro de creador de esta idea fue claro: “Que no nos compren para darnos una mano, sino porque el producto vale la pena”.

Si bien Martín reconoció que en el comienzo de El Pase, el sistema carcelario no lo tomó de la mejor manera luego de los resultados positivos se han ganado un respeto: “De los que pasaron por acá, ninguno reincidió”.

“Eso estadísticamente es muy loable y lo han reconocido en el servicio penitenciario, por eso estamos todos en la misma línea”, añadió el presidente de la cooperativa.

Lo que nosotros hacemos es generar oportunidades, acompañarlos para que se puedan sostener en otra manera de vida”, definió Herrero sobre el proyecto de la fábrica de pelotas El Pase que este 2019 llegó al papa Francisco en el Vaticano y a Lionel Messi en el predio de la AFA en Ezeiza.

El hombre bregó porque esta iniciativa se replique en todas las penitenciarías que sean posibles, corriendo la pelota de lado “sino cualquier producto sustentable” con el único propósito de que sea un paso hacia el sector privado laboral.

EN LAS MANOS DE FRANCISCO Y LOS PIES DE MESSI
Este 2019 la cooperativa de trabajo tuvo muchas novedades: consiguieron la personería jurídica, comenzaron a producir pelotas para más de 20 clubes de la zona y pudieron ver su producto cerca de dos referentes.

Buscamos que cada individuo se fortalezca, no sólo en mente sino también en espíritu y corazón”, señaló Martín Herrero por eso, y con la ayuda del Cáritas, su idea ha llegado a distintos personajes.

La pelota llegó al sumo pontífice por medio de Marcin Schmidt, presidente de Cáritas en Polonia, que cuando se enteró del proyecto, solicitó una pelota y en menos de un mes se la acercó al Papa que abrió sus manos para recibir el regalo particular ya que estaba bordada con gajos de los colores de San Lorenzo, club por cual fanatiza Francisco. 

A Ezeiza llegó gracias a Adolfo Cambiasso, el mejor polista de la historia del deporte, que visitó la fábrica y “en una recorrida que iba a ser de 5 minutos y terminó siendo de dos horas”, contó Herrero, terminó charlando con los chicos y se identificó con el proyecto.

Nos dijo ‘denme una pelota que se las llevo a la Selección’, era previo a la Copa América de Brasil”, relató Herrero que recordó los saludos, mensajes y la firma de la pelota por parte del plantel albiceleste.

EL MEJOR GOL
Martín Herrero se animó a definir el “mejor gol” de El Pase y fue contundente: “Llegar al corazón de cada uno de ellos. Lograr que la sociedad levante la mirada ante una problemática que creen que es ajena pero también nos involucra. Somos responsables de lo que le pasa a ese gran porcentaje olvidado de la sociedad”.

Siguiendo la idea, sumó: “En Trenque Lauquen esto es un orgullo y los chicos que trabajan acá son referentes. Logramos que los chicos entendieran que mientras trabajaban pongan un objetivo claro: un cambio de vida”.