Los finales de los años 50 y principios de los 60 muestran tímidamente al principio, con toda fuerza después, la creciente presencia femenina en las canchas de fútbol de ambos clubes rosarinos afiliados a la AFA en 1939.
Ya no están acotadas a un sector segregado en los estadios, la eufemística “tribuna de mujeres”, sino que como vemos en la fotografía tomada en la platea de Rosario Central de calle Cordiviola, se mezclan de a poco -sin prisa pero sin pausa- con los varones como espectadoras del espectáculo compartido.