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La pandemia no frenó el trabajo para los jubilados y la vacunación llegó a los barrios


El Centro de Jubilados y Pensionados Municipales se organizó en tiempos donde la vacunación contra el coronavirus y la gripe fue prioridad y llevó las dosis fuera de su sede

Transitar la pandemia no fue ni es sencillo. La crisis económica y sanitaria puso contra las cuerdas, entre otros, a jubilados y pensionados, un sector de la sociedad que, en muchos casos, en lugar de vivir con júbilo estos años se ponen al hombro la estabilidad de la familia. En este contexto, las instituciones dedicadas a esta franja etaria pusieron todos sus esfuerzos para acercarse y llevar todos sus beneficios a pesar del coronavirus, como el caso del Centro de Jubilados y Pensionados. «Tuvimos que armar un equipo para trabajar en modo pandemia, ofreciendo todo lo que hacíamos en el centro de jubilados, pero en los barrios», señaló a CLG Fernando Enciso, secretario del establecimiento ubicado en Corrientes 1022.

El Centro de Jubilados acercó la vacunación contra la gripe y neumocócica con ayuda de la ex Guardia Urbana Municipal a las barrios donde los 1.800 afiliados no tengan que trasladarse al centro de Rosario, como era habitual. También hicieron entrega de medicamentos y bolsones y además se virtualizaron los trámites. «Tenemos el orgullo de haber cumplido con los afiliados», señaló Enciso.

Fernando Enciso (tercero de izquierda a derecha) junto al grupo de trabajo y el oficial de la Ex GUM

Por otro lado, hizo un repaso sobre el andar de los jubilados y se remontó a inicios del siglo XX cuando llegar a la edad jubilatoria significaba un «júbilo» y si bien reconoció que los afiliados del Centro de Jubilados y Pensionados están en esa etapa, no se olvidó de los jubilados del Anses, que «están muy castigados por el sistema y por todos los gobiernos que pasaron».

«Los jubilados se transformaron en sostén ya que sus hijos se quedaron sin trabajo, un sostén que fue en su etapa de trabajador y que ahora lo tiene que volver a hacer porque sus hijos dejaron de ir a las fábricas, locales o bares que cerraron», señaló el secretario del Centro y contó que durante la campaña de vacunación pudieron dar cuenta de esa situación y decidieron hacer entrega de bolsones con alimentos, aunque Enciso aclaró: «No es la solución, sino un paliativo».

Aplicación de vacunas en los barrios con la asistencia de la ex GUM

Con los buenos informes sanitarios que ofrecía el Ministerio de Salud de Santa Fe se decidió abrir el Centro de Jubilados con todas las actividades y sus protocolos correspondientes. Así los afiliados podían recibir vacunas y medicamentos y se «prendió una luz de esperanza», con los talleres de computación, cocina, folklore​, gimnasia, yoga, como así también las prestaciones de peluquería, podología, manicuría y reflexiología.

Por último, señaló que durante toda la pandemia trabajaron sobre el predio que posee el centro en la localidad de Oliveros para que «no se venga abajo» ya que no tuvo actividad por las restricciones sanitarias: «No lo queríamos abandonar porque teníamos una fe terrible de que se pueda abrir para el verano y somos el único camping de todo el cordón de la ribera del Carcarañá con protocolos en todos los espacios»

«Es la primera vez que ese camping era disfrutado por los verdaderos dueños, que son los jubilados y pensionados municipales», culminó Fernando Enciso.

El camping de Oliveros y sus afiliados