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“La paleontología en nuestro país es inagotable”


Por Diego Carballido

En los últimos años, suelen aparecer noticias que hablan del hallazgo de restos fósiles milenarios en diferentes lugares de nuestra región. El hecho más reciente se produjo en la localidad de Arteaga, donde a partir de una excavación particular se toparon con los restos de un gliptodonte.

Los encargados de estudiar, catalogar y dedicar gran parte de su tiempo a la búsqueda de estos restos, forman parte de un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Quien dirige esas expediciones es el Doctor en Ciencias Biológicas Luciano Brambilla, un especialista en el estudio de la paleontología pampeana, en particular abocado a las distintas variedades de perezosos que habitaron hace 10.000 años el suelo de lo que hoy conocemos como la provincia de Santa Fe. “Eran una plaga los perezosos, pero no como los conocemos hoy sino que tenían un tamaño mucho mayor” nos explica el Doctor, y al hablar del tema demuestra la pasión que le genera el estudio de estas especies.

El equipo dirigido por Brambilla ya cuenta con varios logros en su haber en materia de descubrimientos. Sin embargo, haber podido identificar una nueva especie en el museo de San Pedro aún constituye una de sus mayores satisfacciones, por la que obtuvo reconocimiento a nivel nacional. «Era un animal que no esperábamos encontrar, me refiero a un nuevo perezoso para el Pleistoceno. Al ser tan grandes, creíamos que ya habíamos visto todo  y estábamos estudiando partes no muy conocidas de su anatomía. Hacía más de cien años que no aparecía un nuevo perezoso en la región pampeana, por eso, nos generó una gran satisfacción”. El resto fósil había sido catalogado por el museo como un fragmento de un perezoso más, sin embargo, el trabajo del equipo de investigación de la UNR pudo determinar que se trataba de una nueva especie.

A este hecho, sucedido a mediados de 2017, se le suma la reciente identificación del primer surubí fósil hallado en la provincia de Santa Fe, resultado de las expediciones que el equipo realiza periódicamente a las barrancas del río Carcarañá.

Un día de trabajo

Existen profesiones tradicionales con las cuales se puede llegar a tener una idea aproximada de cómo se desarrolla su tarea cotidianamente. Pero en el caso de alguien abocado a la búsqueda y estudio de especies prehistóricas, resulta toda una incógnita. «En primer lugar, pedimos un permiso de exploración sobre la zona que nos interesa, en nuestro caso, casi siempre es la vera del Carcaraña.  Posteriormente, realizamos el trabajo de campo en los lugares que el río te lo permite. La mayor cantidad de fósiles están en las barrancas, la misma erosión los expone y, si nadie los rescata, se erosionan hasta desaparecer. Por eso, existe un recambio permanente de fósiles, se puede pasar por un mismo lugar con un mes de diferencia y encontrarse con otras piezas” describe Brambilla, y agrega: «Cuando damos con algo que resulta significativo, nos dedicamos un tiempo a su estudio detallado para averiguar de qué especie se trata”.

Es decir, que el equipo de investigación pasa de estar con los “pies en el barro” (literalmente) durante el trabajo de campo, para luego abocarse a un exhaustivo trabajo de comparaciones y datos bibliográficos.

“Tenemos una amplia tradición en paleontología en Santa Fe. El primer registro de un fósil se produjo en las márgenes del Carcaraña y data del siglo XVII.  En nuestro suelo estuvo Charles Darwin, sumado a las expediciones del doctor Alfredo Castellanos a comienzo del siglo XX. Y debemos tener en cuenta que siempre hubo entusiastas en cada pueblo que recolectaban fósiles y, por eso, hoy existen colecciones particulares que son objeto de estudio» cuenta Brambilla y abre la puerta a que sigan apareciendo nuevas especies en el suelo santafesino porque “el río Carcaraña es muy extenso, tiene mucha historia y no fue tan intensamente estudiado”.

Sustentabilidad

Otro de los interrogantes es la forma en que se financian estas campañas en busca de restos que develan parte de nuestra fauna histórica. «Como parte del equipo de investigación de la UNR recibimos subsidios para la investigación, al igual que otros equipos, sumado al incentivo de parte del Estado en sus distintos niveles. Desde la provincia, con sus agencias de ciencias, o desde la nación con las agencias de promoción científica» explica el Doctor, y aclara que la paleontología tiene una particularidad: «En otras disciplinas científicas se requiere de mucho financiamiento para no quedar desactualizado, pero la paleontología es distinta en ese sentido. Salvo en esas grandes expediciones a la patagonia, en general, lo que más se utiliza es bibliografía, conocimientos anatómicos,  programas estadísticos y elementos de medición”.

Finalmente, el investigador de la Universidad, concluye «La palentología en nuestro país es inagotable porque tenemos un gran país donde se expone casi todos los tiempos arqueológicos”.