CLG dialogó con Ariel D'Orazio, Coordinador del Consejo Asesor de Vivienda en la Oficina del Consumidor, para analizar este contexto que genera preocupación
El panorama en plena pandemia ha cambiado muchas realidades. En una simple recorrida por el centro de la ciudad se puede apreciar la gran cantidad de negocios cerrados. Locales que han bajado sus persianas a causa de la baja en las ventas se encuentran en alquiler o en venta.
Cada esquina parece replicar la misma imagen: persianas bajas, locales abandonados, carteles de inmobiliarias que afrontan la dura tarea de lograr conseguir arrendatario y junto a esa vidriera vacía, otra en igual estado.
La pandemia que azota a toda la población produjo una recesión en la economía sin precedentes y eso se vio rápidamente en las calles de Rosario con la gran cantidad de pequeños comercios que se vieron obligados a dejar el rubro.
Ante esta situación, CLG dialogó con Ariel D’Orazio, Coordinador del Consejo Asesor de Vivienda en la Oficina del Consumidor, para analizar este contexto.
«Verdaderamente hace algunos años venimos viendo una tendencia que se va incrementando con relación a la cantidad de locales vacíos en el microcentro y también en adyacencias al centro con números que son alarmantes con cuadras que históricamente siempre tuvieron un nivel de ocupación muy alto con una actividad comercial muy fuerte» se lamentó.
«Si tomamos como ejemplo a la calle Sarmiento entre Santa Fe y Rioja tenemos que hablar de cerca de 130 locales desocupados» amplió.
Por su parte, Nire Roldán, referente de la Concejalía Popular de Rosario, había dicho en una nota con CLG: «Hay galerías con 26 locales cerrados. Esto se debe a dos cosas: la pandemia y propietarios insensibles que prefieren mantener el valor del alquiler como si la actividad económica fuera normal».
«Estamos muy preocupados por la gran cantidad de locales comerciales que están cerrados en toda la ciudad. El promedio era de entre 800 y 1.000 comercios sin ocupar, pero esa cifra se duplicó o triplicó cuando todavía no había llegado la pandemia, y ahora se aceleró todo, nosotros contabilizamos alrededor de 7.000 locales comerciales sin abrir».
«La ciudad está atravesando una crisis muy importante de locales comerciales, y para resolverlo hay que hacer política pública destinada a lograr acuerdos entre los inquilinos y los propietarios», sostuvo Roldán, y dijo que para evitar que los locales sigan cerrando se deben discutir los impuestos o bajar el precio de los alquileres.
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