El Consejo de Seguridad de la ONU pidió este viernes un cese al fuego «urgente» en Libia, donde alrededor de mil personas, entre ellas decenas de migrantes, murieron en tres meses de combates entre fuerzas rivales en Trípoli.
«Los miembros del Consejo de Seguridad destacan la necesidad de que todas las partes reduzcan urgentemente la intensidad de la situación y se comprometan a un cese al fuego», afirma un comunicado negociado desde el miércoles, un día después de la masacre de unos 50 migrantes cerca de la capital libia.
La adopción de este texto, que condena al ataque del 2 de julio, fue postergada por Washington sin razón aparente, y varios miembros del Consejo revelaron a AFP su desconcierto. Según un diplomático, ese día no hubo luz verde de Washington para permitir su aprobación, sobre la cual insistió el jueves el Reino Unido, que lo redactó.
El 4 de abril, las tropas del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte del este libio, lanzaron una ofensiva para apoderarse de Trípoli, donde tiene sede su rival, el Gobierno de Unión Nacional (GNA) de Fayez al-Sarraj, reconocido por la ONU.
Los combates en el terreno y los ataques aéreos en la batalla de Trípoli obligaron según la ONU a más de 100.000 personas a huir, en un país afectado desde 2011 por luchas de poder y en manos de milicias que hacen reinar su ley.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 1.000 personas murieron y más de 5.000 resultaron heridas por actos de violencia cerca de Trípoli. La OMS no precisó el número exacto de víctimas civiles y militares.