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La ONU alertó que el cambio climático avanza a pesar de la pandemia


Un informe de la ONU indicó que las reducciones de emisiones de carbón alcanzaron hasta un 17% durante el confinamiento pero ya se acercan de nuevo a los niveles previos a la pandemia

A pesar de la pandemia de Covid-19, el cambio climático sigue avanzando. Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que las concentraciones de gases de efecto invernadero de la atmósfera se encuentran en niveles récord y continúan aumentado, y las emisiones, que se redujeron sutilmente a causa del coronavirus, ya están regresando a los niveles previos a la pandemia.

La investigación científica United in Science (Unidos en la Ciencia), llevada a cabo por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, el Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático, la UNESCO, y otras organizaciones internacionales, afirmó que todo apunta a que el quinquenio 2016-2020 será el más cálido de la historia registrada, una tendencia que se mantendrá en los años que vienen.

Además, recalcó que el mundo está muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París para mantener el incremento de la temperatura mundial por debajo de los 2 °C con respecto a los niveles preindustriales o, mejor aún, de limitarlo a 1,5 °C.

Nuestro mundo sigue desviado muy lejos del rumbo para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius. Si las cosas siguieran como están, subiríamos de 3 a 5 grados por encima del nivel preindustrial”, advirtió el Secretario General de la ONU durante la presentación del informe.

António Guterres reiteró que las medidas de confinamiento a corto plazo por el coronavirus no son un sustituto de la acción climática sostenida.

Las principales conclusiones de Unidos en la Ciencia
Concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera

Las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono siguieron aumentando hasta alcanzar registros sin precedentes según la Organización Meteorológica Mundial.

Las estaciones de referencia de la red de la Vigilancia Global de la Atmósfera de la OMM informaron de concentraciones de CO2 de más de 410 partes por millón (ppm) durante la primera mitad de 2020.

En julio de este año, en las estaciones de Mauna Loa (Hawai) y el cabo Grim (Tasmania) se registraron concentraciones de 414,38 ppm y 410,04 ppm, respectivamente, frente a las 411,74 ppm y 407,83 ppm del mismo mes en 2019.

La agencia explicó que la reducción en las emisiones a raíz de la pandemia de COVID-19 de este 2020 tendrá un efecto muy limitado en la tasa de incremento de sus concentraciones atmosféricas, dado que estas son el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del período de vida sumamente prolongado de ese gas.

“Para estabilizar el cambio climático, las emisiones deben disminuir de forma sostenida hasta lograr que las emisiones netas equivalgan a cero”, aclara.

Emisiones mundiales de CO2

Según el Proyecto Carbono Global, otra organización que participó en la realización del informe, se calculó que durante el apogeo de las medidas de confinamiento a principios de abril de 2020 hubo una reducción de emisiones de carbono del 17%, un hecho sin precedentes.

Aun así los niveles se mantuvieron equivalentes a los del año 2006, una muestra del drástico incremento experimentado a lo largo de los últimos 15 años y de la constante dependencia de los combustibles fósiles para la generación de energía.

A principios de junio de 2020, las emisiones mundiales diarias de CO2 de origen fósil volvieron a situarse cerca de los niveles de 2019, año en el que se alcanzó un récord de 36,7 gigatoneladas, un 62% más que las registradas cuando empezaron las negociaciones sobre el cambio climático en 1990.

Se estima que, en 2020, las emisiones de CO2 disminuirán entre un 4% y un 7 % a causa de las medidas de confinamiento. El porcentaje exacto de reducción dependerá de la evolución que siga la pandemia y de las respuestas de los gobiernos a la emergencia.

Además, las emisiones mundiales procedentes de actividades humanas de metano, otro gas de efecto invernadero, han seguido aumentando en el último decenio. El informe recalcó que las emisiones actuales de CO2 y metano no son compatibles con los requerimientos para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.

El calor en aumento

Se espera que la temperatura media mundial del período 2016-2020 sea la más cálida de la que se tiene constancia, aproximadamente 1,1 °C por encima de la media de 1850-1900, la era preindustrial.

Asimismo, en el período quinquenal de 2020 a 2024, la probabilidad de que por lo menos en un año se superen en 1,5 °C los niveles preindustriales es del 24 %.

También hay un 70 % de probabilidades de que, durante los próximos cinco años, haya uno o varios meses con una temperatura al menos 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.

De acuerdo con la OMM, en los últimos cinco años la extensión del hielo marino del Ártico ha estado por debajo de la media. En el período 2016-2019, la pérdida registrada de la masa de los glaciares superó los valores de cualquier otro período quinquenal previo desde 1950. La velocidad de subida del nivel medio del mar a escala mundial se incrementó en la última década.

Las consecuencias más graves se han debido a fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. En muchos de ellos, se ha reconocido una clara huella del cambio climático inducido por el hombre.

Los océanos y la criosfera

El Panel Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático (IPCC) explicó que el calentamiento global causado por el hombre está afectando a sistemas esenciales para la vida: desde las cimas de las montañas hasta las profundidades de los océanos, lo que provoca una aceleración del aumento del nivel del mar y entraña una sucesión de efectos en cadena para los ecosistemas y la seguridad de las personas.

Los glaciares y los mantos de hielo de todo el mundo han perdido masa. Entre 1979 y 2018, la extensión de hielo marino en el Ártico se ha reducido en todos y cada uno de los meses del año. El aumento de los incendios forestales y el brusco deshielo del permafrost, así como los cambios en la hidrología del Ártico y las montañas, han modificado la frecuencia y la intensidad de las perturbaciones que sufren los ecosistemas.

El IPCC recalcó que los océanos de todo el mundo han sufrido un aumento de la temperatura sin interrupción desde 1970 y han absorbido más del 90 % del exceso de calor del sistema climático.

Desde 1993, la tasa de calentamiento de los océanos y, por tanto, la tasa de absorción de calor se ha más que duplicado. La frecuencia de las olas de calor marinas se ha multiplicado por dos y ahora su duración, intensidad y extensión son mayores, lo que provoca episodios de blanqueamiento coralino a gran escala. El océano ha absorbido entre el 20 y el 30 % del total de emisiones de CO2 causadas por el hombre desde la década de 1980, y ello ha incrementado la acidificación del océano.

Desde 1950 muchas especies marinas se han desplazado en busca de hábitats adecuados y han alterado sus comportamientos estacionales en respuesta al calentamiento de los océanos, los cambios en el hielo marino y la pérdida de oxígeno.

Además, el nivel medio del mar a escala mundial está subiendo y la aceleración observada en los últimos decenios obedece al ritmo cada vez más rápido de pérdida de hielo de los mantos de hielo de Groenlandia y de la Antártida, así como a la pérdida constante de masa de los glaciares y a la expansión térmica del océano. El ritmo de aumento del nivel medio del mar a escala mundial de 2006 a 2015 es de 3,6 ± 0,5 mm anuales, un valor sin precedentes si se compara con el siglo pasado.

La brecha de emisiones

“Ya no puede aplazarse más la adopción de medidas transformadoras si se quieren alcanzar los objetivos del Acuerdo de París”, advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en el informe.

En 2019, la agencia reveló que, para alcanzar el objetivo de mantener el calentamiento global en 2 °C, entre 2020 y 2030 las emisiones mundiales deberían reducirse cada año cerca de un 3 %, y para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global en 1,5 °C, deberían lograrse reducciones anuales medias superiores al 7 %.

Si bien todavía es posible cerrar la brecha de las emisiones, se necesitan medidas urgentes y concertadas entre todos los países y todos los sectores. Una parte notable del potencial a corto plazo puede materializarse mediante la ampliación de las políticas actuales cuya eficacia se haya podido demostrar, por ejemplo, en materia de energías renovables y eficiencia energética, medios de transporte con bajas emisiones de carbono y supresión progresiva del uso del carbón, aseveró el PNUMA.

Más allá del horizonte de 2030, se necesitan nuevas soluciones tecnológicas y un cambio gradual en los modelos de consumo a todos los niveles. Pero cabe destacar que ya existen soluciones viables desde el punto de vista técnico y económico.

El COVID-19, un obstáculo para observar los cambios en la Tierra

La pandemia de COVID-19 ha repercutido notablemente en los sistemas mundiales de observación, lo que a su vez ha afectado la calidad de los pronósticos y de otros servicios meteorológicos, climáticos y oceanográficos, adviertió el informe.

Entre marzo y abril, las observaciones realizadas desde aeronaves se redujeron una media de  entre el 75 y el 80 %, y ello socavó el grado de acierto de los pronósticos generados a partir de modelos meteorológicos.

Desde junio, solo se ha producido una ligera recuperación. Las observaciones realizadas en estaciones meteorológicas manuales, en particular en África y América del Sur, también se han visto muy afectadas.

Además, cuatro estudios sobre variables como el carbono, la temperatura, la salinidad y la alcalinidad del agua en todas las profundidades oceánicas, que se realizan solo una vez por decenio, han sido cancelados. Las mediciones del carbono en superficie efectuadas desde buques, que permiten conocer la evolución de los gases de efecto invernadero, también se han interrumpido.

El compromiso que se necesita de los grandes emisores de carbono

Durante la conferencia de prensa de presentación, António Guterres aseguró que está involucrado muy activamente, tanto con los gobiernos como con la sociedad civil, con el objetivo de convencer a los grandes emisores, como Estados Unidos, India y China, de que es absolutamente crucial que se comprometan con la neutralidad de carbono para 2050 y a reducir las emisiones de CO2 en un 45% para 2030. “Sin los grandes emisores, todos los esfuerzos que se realicen serán insuficientes”, aseveró.

Guterres destacó, sin embargo, que es importante notar que ha habido un movimiento positivo muy importante en el sector privado, los bancos, y corporaciones multinacionales importantes, así como de ciertos estados o ciudades.

Todas estas razones me hacen creer que la presión a los gobiernos de los grandes emisores tarde o temprano darán resultados y que será posible tener un compromiso global”, expresó.