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La ONG Miradas busca impulsar una nueva política de drogas en medio de un «debate adulterado»


Fabián Peralta, referente de la Asociación Civil, dialogó con CLG sobre el episodio de la cocaína adulterada. Se refirió al rol del Estado, al tratamiento de los medios y la necesidad de construir un nuevo paradigma de abordaje respecto a la problemática 

Por Sofía Dalonse

Durante el mes de febrero el episodio ocurrido en la provincia de Buenos Aires que ocasionó 24 muertes y más de 80 intoxicaciones por el consumo de cocaína adulterada generó gran impacto en la sociedad tras la amplia repercusión en los medios de comunicación. Desde la Asociación Civil Miradas sostienen que el debate se fue diluyendo con el correr de los días, sin lograr avanzar en «cuestiones de fondo».

Desde hace cinco años, «Miradas» trabaja para ampliar los horizontes y profundizar la problemática de las drogas y su complejidad, articulando acciones de formación y debate con la ciudadanía comprometida e interesada en la cuestión. «Miradas para una nueva política de drogas porque creemos que hace falta una renovación y se debe construir con diversas miradas», expresó Fabián Peralta, referente de la ONG.

En diálogo con CLG, Peralta se refirió al suceso y señaló: «Cuando el tema estalló en las portadas de los medios de comunicación, pensamos que eso iba a producir un debate y lamentablemente no pasó.  Se gritó mucho y se dijo poco».

En este contexto, habló de la responsabilidad del Estado: «Esperábamos que ante el hecho hubiera un correlato en el Congreso, donde se pudiera avanzar en lo que se conoce popularmente como el fallo Arriola, que corresponde al año 2009 donde la corte de Justicia considera como inconstitucional porque vulnera el artículo 19 de la Constitución y le indica al Parlamento Nacional que debe adecuar la ley».

Y continuó: «Pasaron 13 años, casi todas las bancadas presentaron proyectos con representación en el Congreso, pero no se ha podido avanzar en la necesidad de despenalizar la tenencia de sustancia cuando se trata de consumo personal, la cual consideramos un primer paso indispensable».

Desde la Asociación Civil sostienen que el debate fue adulterado. «Adulterado por falacias, por hipocresías, por superficialidades y por irresponsabilidades», manifestó Peralta.

Los argumentos del Estado frente a la problemática es que hay otras prioridades en el país y frente a ello, la ONG plantea que el Congreso tiene decenas de comisiones para avanzar con distintos temas al mismo tiempo, y una necesidad no tiene que invalidar otra. «Ese argumento se desvanece, no existe y le reclamamos a nuestros 19 diputados nacionales y a nuestros 3 senadores nacionales que cumplan un fallo de la Corte», insistió.

No obstante, destacó el avance en los últimos años respecto a varias cuestiones: «Diez años atrás hablar de cannabis medicinal para mucha gente era hacer apología al consumo y hoy es un dato concreto y hay una ley nacional».

Por otra parte, en relación a la distinción de las drogas según la legalización, sostiene que se trata de un estatus que le da el Congreso de la Nación y es un tema muy complejo. En este sentido, señaló: «Si hablamos de salud, drogas legalizadas, como el alcohol y el tabaco, ocasionan grandes problemas. Hay estudios que marcan que en Argentina mueren 40000 personas por año por consumir humo de tabaco y 6 mil de esa totalidad ni siquiera tomaron la decisión de hacerlo ni asumir el riesgo. Por otro lado, hay estudios de la Sedronar que registran que un 25 % de los siniestros viales son causados por una persona que consumió alcohol.»

En este marco, Miradas pretende ampliar el debate y construir un nuevo paradigma. «Tenemos muy claro que la guerra de las drogas, que impulsó hace décadas el ex presidente estadounidense Nixon terminó siendo la guerra a las personas, y hoy el problema no está solucionado en ninguno de los planos».

Consecuentemente, la organización plantea la modificación de la actual ley de drogas como puntapié: «Necesitamos avanzar en otro modelo de contención. En este caso, la injusticia de la actual norma emergió con su peor cara, la muerte. Sin embargo, todos los días hombres y mujeres son expuestos a extorsiones y abusos policiales, a desconocer qué es lo que consumen, y a persecuciones de distintas características sociales e institucionales».

Y concluyó: «Necesitamos dar un debate serio que construya la base de un nuevo paradigma de abordaje. Claramente el modelo represivo fracasó y sostenerlo implica vulnerar derechos cada día».