La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró hoy oficialmente a la Argentina y Argelia países libres de paludismo, al no haberse detectado en los últimos años en sus territorios casos de contagios.
El anuncio se realizó en el curso de la actual Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra hasta el próximo día 29 en Ginebra, y convierte a la Argentina en el segundo país de Latinoamérica que consigue esta certificación en 45 años, después de que Paraguay lo lograra en junio del año pasado.
Como informó Télam el lunes pasado, la Argentina había obtenido la certificación de ser un país libre de malaria, que hoy se oficializa, luego de un proceso de evaluación en el que demostró la ausencia de casos autóctonos desde 2011.
«La certificación es el resultado de un trabajo muy arduo en el que tuvo lugar la capacitación y el reentrenamiento de todas las direcciones de Epidemiología y de todos los laboratorios de las provincias», dijo en ese momento el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein.
Por otra parte, Argelia es el primer país del África continental que consigue erradicar esta enfermedad, también conocida como malaria, y que en todo el mundo afecta a más de 200 millones de personas cada año y produce unas 400.000 muertes, un 60 % de ellas en niños menores de cinco años.
La OMS exige al menos tres años sin casos locales de paludismo para declarar a un territorio libre de la enfermedad.
En Argentina el último caso reportado se remonta a 2010 y en Argelia a 2013.
En ambos países «la malaria tiene siglos de historia, y la batalla contra la enfermedad ha sido dura», señaló la OMS en un comunicado citado por la agencia EFE, donde recalcó que la mejora de los mecanismos de control, diagnóstico y tratamiento en la última década ha sido clave en ambos casos.
Argelia fue el primer país del mundo donde se identificó el parásito causante de esta enfermedad, gracias a las investigaciones en 1880 del médico francés Charles Louis Alphonse Laveran, quien fue galardonado con el premio Nobel de Medicina de 1907 por este avance.
Argentina comenzó sus programas de erradicación del paludismo en la década de los setenta, durante los cuales la colaboración con países como Bolivia para prevenir los contagios en zonas fronterizas fue primordial.
Propagada por el mosquito anofeles, la malaria o paludismo es una de las enfermedades más perjudiciales para el ser humano, al ser endémica en más de 80 países que representan el 40 % de la población mundial.