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La observación de aves será uno de los atractivos para reactivar el turismo en Salta 


La provincia cuenta con 667 especies de aves, que es un 68% del total del país. Planean estrategias futuras para el producto.

La observación de aves se perfila en Salta como uno de los productos turísticos con mayor potencial para la pospandemia de coronavirus, por sus características de grupos reducidos en amplios espacios naturales y por la diversidad de la avifauna de la provincia, lo que la hace atractiva en el país y el resto del mundo.

Esto se reflejó el 16 de este mes durante el Gran Día Global de Avistamiento de Aves (Global Big Day), que por la cuarentena no se hizo al aire libre sino desde los lugares de aislamiento, cuando Salta retuvo el primer puesto en el país, por sexto año consecutivo.

En esa jornada participaron unos 100 observadores desde sus casas y radio de influencia, quienes pese a las adversas condiciones lograron «avistar, registrar, listar e identificar 360 especies», según datos de los organizadores de la jornada internacional, la plataforma eBird.org.

Ante este panorama, en una provincia con 667 especies de aves, que es un 68% del total del país -aunque muchas se repiten en otros territorios-, desde el Ministerio de Turismo y Deportes local organizan una estrategia a futuro para el producto.

En esto cuentan con la participación del Club de Observadores de Aves local (Aves Salta), con el que publicó una «Lista de Aves» con el objeto de poner a disposición de los interesados una compilación sistemática y actualizada de la avifauna provincial y resultados de estudios de campo.

La secretaria de Turismo de Salta, Nadia Loza, contó a Télam que su provincia desarrolla capacitación e infraestructura para esta actividad y participa en grandes eventos internacionales.

La funcionaria, quien se declaró «una fan de este tema» y miembro del club mencionado, agregó a la estadística anterior que «en Argentina hay 16 especies endémicas -que sólo se ven en el país- y de ellas 13 están en esta provincia», lo que es un importante atractivo.

Loza dijo que en este mercado hay «tres tipos de clientes, y uno es el de los ‘listeros’, que tienen el único objetivo de llegar a listar las 1.000 especies que hay en el mundo; entonces lo que hacen es ir, con algunas estrategias no muy sustentables,como el playback, a los lugares donde saben que van a ver determinada especies y lo único que hacen es listar».

«Después hay otro tipo de mercado, que es más al que apuntamos nosotros -siguió-, que es el mercado de naturalistas; gente le encanta ver aves pero también quieren disfrutar de la naturaleza, la cultura, vienen con un plan de observación pero también disfrutan de otras cosas del destino».

Para esa gente, Salta tiene propuestas como las de fincas que ofrecen «aves y vinos», con un programa de avistamiento de aves, de flora y fauna, más un recorrido por las bodegas, para «ese público que es naturalista pero disfruta de otras experiencias», señaló.

Por último mencionó al «mercado de observadores casuales, que crece cada vez más y es la gente que no organiza el viaje en función de las aves, sino que al llegar ve que existe y contrata un guía y lo hace como algo complementario, un plus».

Loza precisó que Salta cuenta con guías expertos, «porque la clave en este rubro es la capacitación y la práctica, porque un buen guía tiene que estudiar de cada ave su nombre científico, dónde encontrarla, saber cómo cambian su aspecto según la edad, si es recién nacida, si está en época nupcial, cuando se pone más colorida, si es macho, hembra, reconocer sus cantos».

Sobre las normas para el avistamiento de aves en un marco de coronavirus, dijo que «ya se realiza por lo general con grupos reducidos, de hasta seis personas; son servicios bastante exclusivos, un público muy respetuoso de la naturaleza y el ambiente» por lo que su vuelta a la actividad en la provincia sería más fácil que otras.

De todos modos anunció que para la pospandemia pronto Salta publicará «un protocolo de turismo aventura, que incluye generalidades obligatorias y otras para cada actividad específica, como la observación de aves».

Las generalidades serían suministrar al turista alcohol en gel, el uso de barbijo, el distanciamiento, charlas de seguridad y normas a cumplir hasta llegar al lugar de observación, «si después cada prestador quiere hacer más restrictivo o imponer más cuestiones será un marketing personal de cada uno para decir que cuida mejor a sus clientes, pero no una obligación», aclaró.

La funcionaria definió al avistamiento de aves como «un producto de nicho, que tiene de bueno que la gente, cuando el destino se vuelve caro, sigue viniendo porque viene por un interés especial, y hace años que venimos tratando de posicionarnos».

En ese sentido señaló que participaron durante cinco años consecutivos en la British Birdwatching Fair, la mayor Feria Internacional de Turismo Ornitológico, en Rutland, Inglaterra, cuyo CEO visitó dos veces Salta, para ver aves que no puede ver en ningún otro lugar del planeta.

«A nivel nacional trabajamos con el Inprotur (Instituto Nacional de Promoción Turística) y armamos fam press y, fam tours, entre otras actividades», agregó Loza.