Pareto se retiró del judo al perder en cuartos de final en Tokio 2020, luego de 16 años en la elite mundial, que incluyeron 21 medallas
La ex campeona olímpica Paula Pareto aseguró que tras dejar el judo como profesional se centrará más en su carrera de médica, donde está por terminar la especialidad de ortopedia y traumatología, y no descartó ayudar al equipo argentino de su deporte «desde donde pueda».
«Entrenar no voy a dejar de entrenar, pero ya no tanto judo, más que nada por el cansancio físico y las lesiones que fui acumulando en estos últimos años. Si me tengo que poner el kimono para ayudar a las chicas de la Selección, lo voy a hacer, sin un cargo, aunque me lo hayan propuesto. Pero ya sin la obligación de tener que entrenar para una competencia como antes», explicó Pareto.
La atleta argentina de 35 años y doble medallista olímpica (bronce en Beijing 2008 y oro en Río de Janeiro 2016), es médica y está terminando su especialización, de la que incluso rindió algunos exámenes estando en la villa Olímpica de Tokio 2020.
Ahora Pareto dijo que se enfocará más a sus otras actividades relacionadas con la medicina y a su familia, ya que por las preparaciones para las diferentes competencias que afrontó no podía hacerlo.
«Hacer más vida familiar porque entre mis obligaciones y, sobre todo la pandemia, he estado muy alejada. No quería arriesgar, en especial cuando me preparaba para torneos. Más liberada de la parte competitiva será momento de disfrutar de otra forma», remarcó.
Pareto se retiró del judo al perder en cuartos de final en Tokio 2020, luego de 16 años en la elite mundial, que incluyeron 13 medallas en Campeonatos Panamericanas (seis oros), tres en Juegos Panamericanos (un oro), tres en Mundiales (un oro), además de las preseas olímpicas.
También aseguró que, si bien seguirá entrenando, no lo hará con la intensidad que lo hacía antes, y además entiende que difícilmente extrañe esa parte de su vida, dado que en los últimos meses «no fueron fáciles».
«No digo que los sufrí, pero ya no era como antes. Los dolores, las lesiones, el tiempo sin dormir bien, los viajes… No es fácil soportar todo eso, te va costando mentalmente. Di todo y un poco más», aseguró.
No obstante, aclaró que si bien tiene «tanto pendiente» por hacer, reconoció que «el duelo» tendrá que hacerlo, pero explicó: «No tendré mucho tiempo libre para darme cuenta. Habrá un cambio de cosas que haré y hasta de estilo de vida, pero la carga horaria será igual o mayor que antes».
Lo que tampoco dejará de lado es la ayuda social, porque como embajadora de la empresa Huella Saint Gobain promovió junto a varios atletas argentinos acompañar y apadrinar diferentes sitios para que puedan tener un mejor presente.
«Permanentemente estoy haciendo cosas porque con lo social pasa que una cosa lleva a la otra y se va encadenando acciones, porque vas conociendo gente que quiere ayudar y se va sumando en el camino. Por ejemplo, el otro día me escribió un chico que nos regaló unos mates para Tokio porque había visto cuando hice un posteo del merendero Los Pepitos al que ayudaba Braian (Toledo) y ahora sigo yo, y se ofreció a mandarle golosinas y galletitas a Cristina, la dueña. Así pasa todo el tiempo: hay mucha gente que quiere ayudar y no sabe cómo. Y cuando se entera de alguna acción, se suma. Ahora, justamente, me llamó Karina, del Hogar El Alba en Longchamps, para ver si podíamos ayudar a un trasplante de uno de los chicos del lugar. En realidad, yo hago más de nexo, visibilizando situaciones o lugares para poder acercar a la gente que está dispuesta a dar una mano», explicó.
Y completó: «Lo de la Huella Saint-Gobain es la base de todo. Es un programa que ya lleva más de diez años con nosotros, los deportistas, como embajadores, buscando mejorar la infraestructura de los lugares, con sus materiales pero además con la capacitación de la gente que trabaja en cada uno.
En este caso con el arreglo de los techos y las paredes de los edificios que tiene este hogar que, además de hogar de chicos, tiene una casa de la mujer para luchar contra la violencia de género. Pero, a la vez, parte de la huella que deja es abrir la puerta de la solidaridad y que otras personas o empresas se vayan sumando a la movida solidaria que tan importante es».