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¿De qué murió la periodista?

La muerte de Pérez Volpin: la postura de los endoscopistas


El presidente de la asociación científica Endoscopistas Digestivos de Buenos Aires (Endiba), Lorenzo Padín, aseguró hoy que es «absolutamente imposible» que la punta de un endoscopio haya provocado una lesión punzante de las características que presentaba Débora Pérez Volpin, la periodista que murió el año pasado mientras la intervenían en el sanatorio La Trinidad de Palermo.

«Se ha difundido erróneamente que el endoscopio fue responsable de la lesión tipo punzante de 3 milímetros hallada en el cuerpo de Pérez Volpin. ¿Por qué esto es incorrecto? Porque la punta del endoscopio es tipo roma, es decir, que no es puntiaguda y tiene, por lo menos, 10 milímetros de diámetro», explicó Padín.

El especialista precisó además que «la cara anterior del esófago, donde fue provocada la herida, es inaccesible anatómicamente para el endoscopio, que pasa necesariamente por la cara posterior de ese órgano».

«A diario recibimos pacientes que no quieren realizarse una endoscopía digestiva por el temor que generan las noticias que circulan en los medios y que carecen de veracidad, ya que se publican sin consultar a un especialista», coincidió el vicepresidente de Endiba, Rafael Escobar.

El médico señaló que «no es casualidad que en el último año y medio haya descendido drásticamente la práctica de endoscopías en el país, con el riesgo que eso genera para la salud de los pacientes».

«Sin embargo, y pese a que aún no hay un veredicto en el juicio, ya se ha pronunciado un juzgamiento social y mediático que dejará su marca, no sólo para el médico procesado, sino para todos los endoscopistas. Y eso afecta enormemente a nuestros pacientes», destacó Escobar.

Por su parte Alejandro Nieponice, también miembro de la comisión directiva de Endiba, enfatizó que «la lesión de Pérez Volpin no puede haber sido causada por un endoscopio, porque no hay manera de posicionarlo para que llegue hasta ahí».

Consultado sobre qué puede haber provocado la lesión esofágica que presentaba la periodista, el médico opinó que «puede haber sido el mandril que se usa para poner el tubo endotraqueal».

«Es una guía, una varilla flexible que tiene justo 3 milímetros de diámetro y una punta punzante que puede lesionar. Ese instrumento lo coloca el anestesiólogo cuando hay que intubar al paciente, pero no sé si en este caso se usó o no», indicó.

Nieponice dijo además que luego del caso Pérez Volpin la realización de endoscopías «decayó notablemente», y que si bien no hay estadísticas formales y «hubo un repunte desde el impacto inicial, nunca se volvió a los niveles normales ni se fue el miedo de la población».

«Ayer un colega le hizo un estudio a una paciente que tendría que haberse controlado el año pasado por un pólipo y hoy tiene un cáncer. Esa es la consecuencia de la información poco certera», aseguró.

Y completó: «Es importante que la gente se quede tranquila y sepa que la endoscopía es una práctica segura que salva vidas».