Ciudad

La Justicia de Rosario condenó al violador serial a 20 años de prisión


Entre enero y julio atacó a ocho mujeres y este viernes fue condenado en un juicio abreviado

Entre enero y julio atacó a ocho mujeres y este viernes fue condenado en un juicio abreviado

Un joven fue condenado este viernes en un juicio abreviado a 20 años de prisión tras admitir haber sido el «violador serial» que abusó sexualmente de 8 mujeres entre enero y julio de este año, informaron fuentes judiciales.

«Si, soy culpable«, dijo el imputado Pablo Nicolás Barreto (24), por lo que fue condenado este mediodía por el Tribunal de Primera Instancia de Rosario, acusado de ser autor de ocho casos de «robo, privación ilegal de la libertad y abuso sexual», en perjuicio de mujeres que fueron atacadas en distintos comercios de esa ciudad santafesina.

En una audiencia celebrada en el Centro de Justicia Penal, el Tribunal de Primera Instancia compuesto por los jueces Héctor Núñez Cartelle, María Chiabrera, Pablo Lanzón resolvió homologar el procedimiento que fue presentado por la fiscal Nora Marull y aceptado por la defensa del acusado, por lo que lo condenó a 20 años de prisión.

Si bien en julio pasado, al momento de ser detenido, Barreto se había negado a declarar ante la jueza penal Trinidad Clavero en la audiencia oral en la que le dictó la prisión preventiva por dos años, este mediodía el acusado se sentó ante los jueces y admitió haber cometido los hechos.

De acuerdo a la pesquisa, los ataques ocurrieron entre 9 de enero y el 10 de julio pasados en distintos comercios de la ciudad.

Según se determinó, en tres de los episodios, Barreto abusó sexualmente de sus víctimas y en otros cinco casos fueron tentativas de violación, ya que las víctimas lograron escapar.

La fiscal Alejandra Raigal aseguró en la audiencia de imputación realizada en julio pasado que «el acusado recreó el mismo patrón de conducta en casi todos los ataques en el que primero entraba al negocio a ofrecer un servicio de seguridad o de cámaras, o preguntaba por un artículo, se cercioraba de que hubiera una mujer joven sola y que no hubiera cámaras de seguridad en el interior y después volvía otra vez como cliente».

«El atacante luego las amenazaba con un arma que no fue hallada, llevaba a sus víctimas hacia un baño del fondo, las ataba con precintos plásticos negros, de distintos tamaños y a todas igual (en el cuello, las muñecas y los tobillos) y después abusaba o intentaba abusar de ellas«, señaló.

El hombre fue intensamente buscado durante varias semanas en las que la ciudad de Rosario permaneció conmocionada ante el tenor y la cantidad de ataques, y logró ser capturado el 11 de julio gracias a que una de las víctimas identificó el número de patente de la moto que el agresor utiliza para movilizarse y que había sido descripta por todas las víctimas.