La sangrienta represión militar ejercida en las manifestaciones prodemocracia que continuaron esta semana, ya sumó al menos 217 muertos desde el 1 de febrero
Con el objetivo de desacreditar al derrocado Gobierno civil, un magnate de la construcción de Myanmar con vínculos con gobernantes militares aseguró que entregó personalmente más de medio millón de dólares en efectivo a la depuesta líder Aung San Suu Kyi.
La declaración que realizó Maung Waik en una transmisión en la televisión estatal MRTV podría allanar el camino para cargos más graves contra Suu Kyi, quien se encuentra detenida en un lugar secreto desde el golpe de Estado militar del 1 de febrero.
En tanto, las fuerzas de seguridad utilizan cada vez más la fuerza letal contra un levantamiento popular que exige la restauración de los líderes elegidos democráticamente.
El balance de víctimas crece cada día. Al menos siete personas murieron ayer a manos de las fuerzas de seguridad, según la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos (AAPP), mientras hoy, residentes de un suburbio de Yangon, la ciudad más grande de Myanmar, incendiaron barricadas en las calles para bloquear a la policía antidisturbios.
La sangrienta represión militar ejercida en las manifestaciones prodemocracia que continuaron esta semana, ya sumó al menos 217 muertos desde el 1 de febrero.
Con esta nueva acusación, Suu Kyi podría ser excluida de la vida política si es hallada culpable.
«Mi clienta quizá tenga defectos, pero corromper a la gente no está en su naturaleza (…) la mayoría de birmanos no creerán» estas nuevas acusaciones, indicó hoy el abogado de la jefa de facto del gobierno civil, informó la agencia de noticias AFP.
La junta militar que gobierna de facto el país asiático intenta implicar también a Suu Ky en delitos de corrupción y afirma que recibió 600.000 dólares y más de 11 kilos de oro de sobornos.
Ella y el presidente Win Myint, están acusados de al menos cuatro delitos: importación ilegal de walkies-talkies, incumplimiento de las restricciones relacionadas con el coronavirus, violación de una ley sobre telecomunicaciones e incitación a disturbios públicos.
En la última salva de acusaciones, Maung Waik, quien anteriormente fue condenado por tráfico de drogas, dijo a la televisión estatal que dio efectivo a los ministros del Gobierno para ayudar a sus negocios.
Añadió que el dinero incluía 100.000 dólares entregados a Suu Kyi en 2018 para una fundación caritativa que lleva el nombre de su madre, 150.000 dólares en 2019 por los cuales no especificó una razón, 50.000 dólares en febrero pasado y 250.000 dólares en abril, nuevamente sin un propósito especificado.
La Comisión Anticorrupción está investigando las acusaciones y prometió tomar medidas contra Suu Kyi en virtud de la Ley Anticorrupción, informó hoy el periódico estatal Global New Light of Myanmar.
Mientras tanto, un tribunal emitió una orden de arresto contra el embajador del país en la ONU, Kyaw Moe Tun, acusado de traición, informó la cadena de noticias CNN.
El cargo se deriva de sus declaraciones el 26 de febrero en la sede de la ONU, en las que condenó el golpe y pidió «la acción más enérgica posible de la comunidad internacional» para restaurar la democracia en su país.
También fue acusado de traición Mahn Win Khaing Than, líder civil del Gobierno de Myanmar en la clandestinidad.
El vicepresidente interino y miembro del partido político de Suu Kyi había prometido el sábado seguir apoyando una «revolución» para expulsar a los militares del poder.