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La inmunidad es el gran objetivo: el avance de la vacunación es clave


Investigadores de la UNR y el Conicet estudiaron los anticuerpos en personas vacunadas en Rosario con la Sputnik V y detectaron una respuesta en el 90% de los inoculados con una dosis

El avance de la vacunación y las medidas de prevención son las armas que hoy existen para enfrentar el coronavirus y darle fin a esta pandemia.

Las vacunas disponibles contra el covid 19 ayudan a no contraer la enfermedad de forma grave, reduciendo las hospitalizaciones y muertes, pero no protegen de manera categórica contra la infección y la posibilidad de transmitir el virus a otras personas.

Si bien una prueba de anticuerpos positiva indica que se produjo una respuesta inmunitaria frente al virus, esta no puede evaluar los niveles de protección frente a la infección. De ahí la recomendación de los profesionales de la salud en continuar extremando las medidas de prevención cotidianas para protegerse y proteger a los demás.

“Con un porcentaje alto de población vacunada, se está cerca de lograr la inmunidad de rebaño. En ciertas comunidades donde la inmunización supera el 70%, se corta esa ruta epidemiológica porque el virus no tiene chances de continuar replicándose. Frente a cada individuo que intenta infectar, se enfrenta a una respuesta inmunológica que lo neutraliza”, explica la médica Ana Laura Cavatorta del Área Virología de las Facultad de Ciencias Bioquímicas de la UNR.

“Pero en contextos epidemiológicos como el nuestro, con un 20% de la población con una sola dosis, el virus aún tiene chances de seguir replicándose. Por esta razón, hasta que la mayoría de la población no esté vacunada, es importante continuar respetando las medidas de prevención como el correcto uso del barbijo, el lavado de manos y la ventilación”, aclara.

La investigadora es optimista y considera que con la llegada de más vacunas, paulatinamente se va lograr combatir este virus pero “la vacunación tiene que ir acompañada con las medidas de prevención”. Ese es el mensaje que debe quedar claro en la sociedad.

Anticuerpos

Cavatorta está al frente de un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y el Conicet que realizó un estudio sobre el empleo de la vacuna Sputnik V, la primera recibida y la más utilizada en nuestro país.

Los resultados muestran que la vacuna rusa induce una respuesta humoral robusta en el 98,7% de la población vacunada, independientemente de las dosis recibidas y los días transcurridos desde la aplicación de las mismas. Asimismo, casi el 100% de los voluntarios analizados luego de 14 días de aplicada la segunda dosis, desarrolló anticuerpos en altos niveles (IP medio 9,3).

El trabajo evaluó, durante el período febrero-mayo, los anticuerpos generados por 1.121 profesionales de la salud del Hospital Provincial del Centenario, de los cuales 999 habían recibido ambas dosis de la vacuna. El estudio reveló que de los 122 individuos que habían recibido una única dosis, el 90,2% resultaron reactivos para anticuerpos. Ese valor asciende al 99,7% para los que recibieron las dos dosis y a un 99,9% luego de 14 días de la aplicación de la segunda dosis.

Por otro lado se analizó la respuesta a la vacuna teniendo en cuenta si los voluntarios habían tenido previamente Covid 19 o no, a través del nivel de anticuerpos dado por el valor del Índice de Positividad (IP). Luego de la aplicación de la primera dosis, la respuesta observada en individuos que ya habían tenido Covid, alcanzó un promedio de IP alto de 9.3. Y después de la dos dosis obtuvieron uno similar, de 9.7. En comparación, el otro grupo mostró IP intermedios con un promedio de 5.7 luego de la primera dosis. Pero después de la segunda, la respuesta inmune de estos ascendió a un valor de 9.0.

“Si bien la respuesta inmune desarrollada es importante aún con una sola dosis entre quienes no estuvieron expuestos al virus, una segunda dosis incrementa el porcentaje de respuesta en la población y multiplica los niveles de anticuerpos observados de manera significativa”, expone la investigación. Esto permite recomendar la aplicación de la segunda dosis en ese grupo.

Al analizar el nivel de anticuerpos obtenido en el grupo de voluntarios con diagnóstico previo confirmado, no se observó una diferencia significativa entre los que habían recibido una o ambas dosis. “Se podría sugerir la no aplicación de una segunda dosis en aquellos individuos con diagnóstico previo de Covid-19 o distanciar el período de tiempo para aplicar la misma, permitiendo así que el programa de vacunación con al menos una dosis alcance a un mayor número de individuos susceptibles, fundamentalmente teniendo en cuenta el contexto actual de escasez de vacunas”, expresan los investigadores.

En el protocolo empleado se tomaron muestras de sangre que fueron analizadas a través del test de Elisa Covidar para la detección de anticuerpos, producto del desarrollo entre el Conicet, Fundación Instituto Leloir, Universidad de San Martín y Laboratorio Lemos S.R.L.

Los resultados del este trabajo van en concordancia con los publicados recientemente por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, sumando evidencia para la revisión del actual esquema de vacunación. En este sentido, trabajos recientes con las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna mostraron que los anticuerpos, luego de una dosis en personas con exposición previa al virus, es de tal magnitud que sería posible no aplicar una segunda dosis. De hecho, países como Francia y España adoptaron esa política en ciertas franjas etarias para optimizar recursos.

El equipo de profesionales realizará una segunda evaluación a los seis meses de recibida la segunda dosis para observar de qué forma se mantienen los anticuerpos. “Lo que hicimos fue una fotografía de la respuesta humoral que es la que se genera a través de los anticuerpos pero hay otra rama que es la memoria inmunológica, la que se genera a nivel de las células y se va a mantener en el tiempo”, explica Cavatorta y resalta: “La plataforma para analizar inmunidad celular es fundamental para observar las respuestas a largo plazo”.

Este estudio contó con el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación, Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe, Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y de la Dra. Andrea Gamarnik de la Fundación Instituto Leloir-Conicet. El mismo fue realizado por la Dra. Ana Laura Cavatorta, los Bioquímicos Julián Acosta, Miguel Taborda, Eduardo Codino, las Infectólogas Gilda Tamagno, Celina Radicce, la Dra Vanesa Campana y el Licenciado en Enfermería Miguel Liernur.