Un relevamiento del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz marcó un alza del 2,4% en octubre, pero hubo un incremento del 6,3% en alimentos
La inflación en los supermercados de la provincia de Santa Fe alcanzó el 2,4% en octubre, mostrando una leve desaceleración respecto al 2,8% registrada en septiembre. Sin embargo, la canasta básica de alimentos experimentó un incremento del 6,3%, golpeando directamente el bolsillo de las familias.
Según datos del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), el acumulado de inflación en supermercados en los primeros diez meses del año fue del 84,5%, mientras que la variación interanual trepó al 262%, superando incluso el índice de inflación nacional (IPC).
Factores que impactan en la canasta básica
La economista y directora del CESO regional Santa Fe, Celina Calore, explicó que el aumento de la canasta básica se debe en parte a factores estacionales, como la suba en frutas y verduras, además de incrementos significativos en productos como galletitas y lácteos, que tienen un peso considerable en la dieta de las familias.
Con estos registros, un adulto necesitaba $200.000 para cubrir sus necesidades alimentarias básicas en octubre, mientras que una familia necesitaba $618.000 para no caer en la indigencia. En términos mensuales, la canasta básica alimentaria aumentó $11.800 respecto a septiembre.
Una provincia productora con altos costos para alimentarse
A pesar de ser una provincia productora de alimentos, los costos de la canasta básica siguen siendo elevados. “Comer sigue siendo muy caro pese a estar en una provincia productora de alimentos”, señaló Calore en diálogo con Radio 2.
El estudio del CESO, basado en el seguimiento de casi 9.000 precios de productos en supermercados de Rosario, destaca que mientras algunos rubros muestran estabilidad, otros, como los alimentos básicos, presentan incrementos que afectan directamente a los sectores más vulnerables.
Desafíos para los hogares santafesinos
Este contexto refleja los desafíos que enfrentan las familias santafesinas para mantener una alimentación adecuada en medio de una inflación que, aunque desacelerada en algunos sectores, continúa golpeando los productos esenciales.