- Por Matías Gregorio
La Universidad Siglo 21 desarrolló una investigación con el fin de analizar los niveles de bienestar emocional y estrés de los trabajadores de todo el país. Los estudios arrojaron números negativos en comparación con análisis anteriores: a los argentinos cada vez les cuesta más ir a trabajar; si tuviesen la oportunidad se irían del país y no están satisfechos con sus vidas.
De acuerdo con el Índice de Bienestar y Estrés que realiza el Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la mencionada universidad, por primera vez desde el 2016 la cantidad de argentinos que prefieren irse del país (50.4%) es mayor a la que prefiere quedarse (49.6%).
El indicador también mostró que se produjo una caída del 42,4% al 34,3% en el último año en la percepción respecto de la satisfacción con su vida que tienen los trabajadores.
A su vez, el Índice evaluó el nivel de agotamiento emocional y registró que el 38,9% de los trabajadores encuestados contestó que “siempre o casi siempre” le resulta difícil relajarse luego de la jornada laboral, y el 30% le cuesta cada vez más ir a trabajar. Otro 32,5% señaló que se encuentra tan cansado que no puede dedicarse a otras cosas después del trabajo, incluso a tareas simples como leer el diario o ver televisión.
La muestra que alcanzó más de 1.000 casos sembró preocupación sobre el bienestar de los trabajadores argentinos. En este marco, CLG dialogó con las psicólogas Verónica Enseñat y Romina Navarro. Ambas profesionales coincidieron en que el aumento del estrés se ve directamente relacionado con el incremento de la incertidumbre laboral.
Los síntomas llevan a la consulta
«Veo un crecimiento de las consultas ligadas al estrés, pero no sólo en el último año, si no desde hace más tiempo», señaló Romina Navarro, y explicó: “En realidad, la gente llega a la consulta por los síntomas que trae aparejado el estrés, sin saber que quizás se trata de eso”.
La irritabilidad, nervios en el estómago, dolores de cabeza, ansiedad, angustia y problemas de características depresivas, son algunos de los síntomas que genera el estrés. “Detrás de estas consultas, muchas veces llegamos a determinar que todo se debe a una situación de estrés laboral prolongada en el tiempo”, detalló Navarro, directora del Espacio Innovare.
Por su parte, Verónica Enseñat coincidió con el panorama que expuso su colega al destacar que “aumentaron las consultas y también la calidad de las consultas”. Y remarcó: “Uno va interviniendo con los pacientes hasta que aparece la preocupación laboral como el problema de fondo”.
A su vez, Navarro sostuvo que en realidad el estrés es algo que “nos prepara para la acción” y no algo «negativo”. “El inconveniente surge cuando se vuelve estrés disfuncional. Estos síntomas, prolongados en el tiempo, se transforman en un problema para el consultante y su entorno”, agregó quien trabaja desde hace 6 años en el Centro Entre Paréntesis.
La influencia de la cuestión social
La desocupación llegó en el segundo trimestre del 2018 al 9,6%, el indicador más alto de los últimos 12 años, según informó el Indec semanas atrás. Entre las personas que están sin trabajo, las subocupadas y quienes realizan changas u ocupaciones temporarias, la cantidad de habitantes que tienen graves problemas de empleo asciende a 4.000.000.
Para Enseñat, este contexto también repercute en el estrés: «Se puede ver cómo lo social se traslada cada vez más al consultorio. Hay preocupación e incertidumbre por lo que significa el trabajo para cada persona».
«Cuando las personas no saben qué va a pasar a fin de mes, o cuando ven que van echando a sus compañeros, o se enteran que hubo suspensiones, se genera un estrés extra al laboral, que es la incertidumbre de la pérdida del trabajo», fundamentó quien dirige el espacio terapéutico Crianzas.
En el mismo sentido, Navarro afirmó que el aumento de las consultas por los síntomas de estrés tiene mucho que ver con la inestabilidad que se vive: «Es esto del ‘hoy estoy yo, pero mañana quizás va a estar ocupando otra persona mi lugar’».
La psicóloga que dicta cursos de diferentes especialidades, también indicó que las presiones juegan un rol importante: «Muchas veces vienen de nosotros mismos, de la auto exigencia, o a veces del viene del entorno, de los empleadores, que no se dan cuenta que cuanto más atosiguen a la persona, en vez de funcionar mejor, baja la productividad».
Cómo se trabaja
Las profesionales consultadas contaron cómo trabajan con los pacientes que llegan a los consultorios sobrecargados de estrés: «En estas problemáticas trabajo con algo focalizado, apuntando a lo que el paciente trae, que es su preocupación inmediata y los síntomas del estrés que hacen que su vida no sea lo plena que puede llegar a ser en otras circunstancias y momentos», explicó Verónica Enseñat.
«Uno brinda herramientas y también va generando un espacio donde pueda surgir lo que la persona no se anima a decir en otros lados», añadió quien también se desempeña en el Centro de Neurología de Rosario.
Asimismo, Romina Navarro contó que trabaja desde una orientación «más integrativa». «Si bien soy egresada de la UNR, tengo un posgrado hecho en Gestalt y trabajo con herramientas cognitivas».
«Trato de que la persona logre una buena comunicación con su entorno y sugiero que se hagan un espacio recreativo. Es decir, practicar algún deporte o actividad que motive y guste y, por supuesto, un buen descanso y buena alimentación, cosas que hacen mucha falta», cerró Navarro.