La producción manufacturera cerró el año pasado en la provincia de Santa Fe con un leve crecimiento. Según el último informe de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), hasta noviembre (todo indica que en diciembre continuó la tendencia) el sector mostró una mejora interanual acumulada del 0,9 %. Sin embargo, el repunte no impacta en el empleo. Es que el mismo trabajo reflejó que al mes de septiembre se perdieron 1.805 puestos en relación a igual lapso de 2016.
Fisfe viene relevando mes a mes desde hace tiempo el nivel de actividad de grandes, medianas y pequeñas fábricas a lo largo de todo el territorio provincial. El informe incluye todo tipo de empresas; desde las industrias pesadas hasta las más livianas.
Según el último trabajo, en noviembre del año pasado el nivel de producción mostró una mejora de 3,7% interanual y de 0,9% en la medición acumulada. La actividad continuó siendo impulsada por la industria frigorífica, y otras vinculadas a la construcción, entre ellas la siderúrgica y sectores metalúrgicos. Lo paradójico es que, más allá del avance, el empleo aún no se recupera.
De acuerdo al mismo trabajo, desde mayo de 2016 hasta septiembre de 2017 las variaciones laborales siempre fueron negativas, con un promedio acumulado del 2,4%. En septiembre la industria santafesina contaba con 116 mil ocupados, un 1,5% menos respecto a igual mes del año anterior, lo que equivale a una pérdida de 1.805 puestos de trabajo.
En comparación con septiembre de 2015 la cantidad de puestos se redujo aún más: en 4.075. “La merma del empleo se da porque la capacidad instalada en las fábricas aún está al 65 por ciento. Eso es muy bajo. Así nadie va a tomar obreros. Incluso, sectores como el calzado y el textil han despedido mucho personal” señaló a este medio una de las autoridades de Fisfe, que pidió reservar su nombre.
La misma fuente admitió –en línea con el informe- que la actividad terminó “levemente” arriba en relación a 2016, pero dijo que “aún está lejos de 2015”. “Era fácil recuperarse de 2016 ya que ese año fue muy malo; la caída en la producción fue del 5 por ciento, y en algunos casos llegó al 8 por ciento”, agregó.
Por su parte, el titular de la entidad, Guillermo Moretti, ratificó que las industrias ligadas a la obra pública, la construcción (como el acero y el cemento) y algunas autopartistas “subieron mucho” su producción.
Sin embargo, agregó que el avance tecnológico hace que la mejora no derrame en el empleo. “Hoy ya no necesitás la gente que requerías antes. Con máquinas de última generación y cemento prearmado se requiere menos personal. La obra pública dinamiza, pero solo a algunos sectores. No es algo general”, explicó el empresario.