Empresarios del sector advierten que el mercado no puede absorber el volumen de importaciones, denuncian sobrestock y cuestionan la posible eliminación de medidas antidumping que protegían a la producción nacional
La industria del calzado encendió señales de alarma frente al avance de la apertura importadora y el crecimiento del ingreso de productos del exterior a precios muy bajos. Desde el sector aseguran que el mercado interno no está en condiciones de absorber el volumen de mercadería importada y advierten sobre un impacto negativo en la producción, el empleo y la calidad de los productos disponibles para los consumidores.
“Hubo más importación que la que puede sostener el mercado con este nivel de ventas”, afirmó Horacio Moschetto, presidente de la Cámara del Calzado, al describir un escenario marcado por el sobrestock y la caída del consumo. Según explicó, la entrada de calzado a precios extremadamente bajos generó un excedente que muchas veces ni siquiera logra venderse.
En ese marco, Moschetto alertó que gran parte de la mercadería que ingresa es de baja calidad. “Está entrando mercadería que es mala, muy barata, pero que la gente tampoco consume. Nos van a inundar de basura”, sostuvo, al tiempo que remarcó las dificultades para competir en condiciones desiguales con productos importados.
Las advertencias del sector se dan en un contexto complejo para la industria textil y del calzado. Durante septiembre y octubre, el consumo registró una caída interanual del 13,3%, el peor bimestre del año, mientras crecen los cuestionamientos a la apertura sin restricciones a través de plataformas digitales como Temu y Shein.
Desde la Cámara también manifestaron preocupación por la posible eliminación de medidas antidumping que históricamente protegieron a la producción local frente a la competencia china. “El Gobierno abrió una investigación para sacar el antidumping que teníamos con China. Les explicamos que nos van a inundar de zapatos de uno, dos o tres dólares”, advirtió Moschetto.
Según el dirigente empresario, la situación se agrava por el contexto internacional. Las restricciones comerciales que enfrenta China en Estados Unidos están empujando a los fabricantes asiáticos a buscar nuevos mercados. “Toda esa mercadería que no pueden vender en Estados Unidos la van a tratar de colocar en América Latina, y eso ya está sucediendo”, señaló.
Desde el sector sostienen que, de mantenerse este escenario, el impacto recaerá directamente sobre la producción nacional, con riesgo para las pymes industriales y los puestos de trabajo vinculados a una actividad que ya atraviesa una fuerte retracción del consumo interno.